Las empresas de televisión privadas que durante 60 años controlaron el espectro radioeléctrico nacional, que hoy reniegan su rol en el tema de la generación de violencia, son las principales “responsables de la degradación de los niveles éticos y comunicacionales de la televisión”, señaló el periodista William Castillo, recién designado viceministro de Televisión.
“La televisión privada es la responsable del imaginario audiovisual, de los gustos que ha creado en el pueblo venezolano, por lo fácil, por el morbo, la pornografía, la degradación de los niños, y las mujeres”, asintió durante su participación en el programa La Patria Nueva, que transmite el Canal Informativo de Radio Nacional de Venezuela.
Venevisión y RCTV, inicialmente, y en la actualidad Venevisión y Televen, han constituido un duopolio en la televisión venezolana, responsable -asintió- de la formación del imaginario audiovisual, cuyos efectos perniciosos en la población han sido demostrados en los últimos 40 años por investigadores.
La influencia de la televisión sobre las personas es un tema comprobado, de lo contrario la industria de la publicidad, principal fuente de sostenimiento de los medios de audiovisuales, “no invertiría millones de bolívares esperando que la gente compre sus productos y modifique sus conductas a partir de la influencia de la televisión”.
“Nadie está culpando a la televisión de ser responsable directo de la tasa de suicidio, homicidio, robo y secuestro; nadie está culpando a la televisión de ser el agente causante directo de la inseguridad y de los temas de criminalidad, lo que sí está claro es que en un contexto cultural de capitalismo, donde los valores se han transformado en mercancía, dinero, sexo, fama, ganancia fácil, armas, violencia por violencia, en ese contexto cultural la televisión actúa como un elemento impulsador y promotor de conductas de temor, violencia y agresividad”, expresó.
La televisión tanto pública como privada debe dar un profundo cambio, de allí el llamado hecho por el Gobierno Nacional al cumplimiento de la normativa legal -la ley Orgánica de Telecomunicaciones, y la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos-, al respeto de la autoridad y la participación para la construcción de un nuevo modelo de televisión.
