Día Mundial contra la Sequía, un llamado para promover uso eficiente del agua

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El 17 de junio, de cada año, se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, fecha instituida en 1994 por la Asamblea General de Naciones Unidas, que marca a su vez el aniversario de la adopción de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.

La desertificación afecta a más de 110 países y cada año se pierden 6 millones de hectáreas de tierra productiva, según datos manejados por la organización Ecologistas en Acción en España.

Cerca de mil 500 millones de personas en todo el mundo viven en tierras que están en proceso de degradación, y casi la mitad de los habitantes más pobres del planeta un 42% sobreviven en zonas ya degradadas. La degradación de las tierras convierte a estos lugares en los más inseguros del mundo. En algunos casos, esta inseguridad puede llegar a desestabilizar regiones enteras.

Se estima que en 2020 unos 60 millones de personas emigrarán desde las zonas desertificadas del África subsahariana hacia África del Norte y Europa, de acuerdo con cifras de la ONU. Para el 2025 se perderán las dos terceras partes de las tierras cultivables en África, por lo que sólo se alcanzaría a alimentar al 25% de su población.

La degradación de la tierra, causada o exacerbada por el cambio climático, no solo supone un peligro para los medios de vida, sino también una amenaza para la paz y la estabilidad, señaló Ban Ki-moon, secretario general de la ONU.

Siendo las consecuencias más importantes de la desertificación la disminución de la producción alimentaria, infertilidad y salinización del suelo, reducción de la capacidad de recuperación natural de la tierra, y escasez de agua, la FAO advirtió en 2011 que la degradación de la tierra tiene un costo estimado de 40 mil millones de dólares en todo el mundo, sin considerar el aumento de los costos ocultos del uso de fertilizantes y la pérdida de la biodiversidad.

Este fenómeno, la sequía, que afecta a más personas que ninguna otra forma de desastre natural, requiere promover el uso eficiente del agua en las ciudades; fomentar e incentivar el reúso del agua; controlar la sobre explotación de los acuíferos y monitorear el comportamiento de los mismos; promover el uso de cultivos de baja demanda e incentivar la aplicación de técnicas avanzadas de riego; además de impulsar la captación de agua de lluvia, especialmente en las ciudades.

RNV

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