Simón Bolívar fue estratega comunicacional

Bolívar-periodistaSimón Bolívar conoció el periodismo en su paso por Europa en los primeros años del siglo XIX, porque en Venezuela no existió imprenta hasta 1808, cuando a través de ella se comenzó a imprimir la Gaceta de Caracas, el 24 de octubre de ese año.

Sin embargo, las ideas del periodismo como mecanismo de lucha le llegan a través de Francisco de Miranda, quien en su afán de liberar la América hispana, la utilizó para alentarla al exponer sus ideas públicamente.

Ignacio de la Cruz, padre de una generación de periodistas venezolanos e investigador, se dio a la tarea de acumular material sobre esta faceta de Bolívar, quien albergó como uno de sus sueños, formar un medio impreso que le ayudara en su misión de dar libertad a la mayoría de las naciones de la América subyugada por los españoles.

A uno de sus libros lo tituló: Bolívar y su concepción del periodismo, editado por el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información, el cual contiene un ensayo con el mismo título. Allí presenta datos obtenidos de las biografías escritas sobre el prócer y los textos de sus cartas y documentos.

Cita a autores de la talla de Miguel Acosta Saignes, Manuel Pérez Vila, José Gil Fortoul y al propio Libertador para explicar que desde 1810, cuando regresa de Londres, adonde acudió como comisionado de la Junta Suprema Defensora de los Derechos de Fernando VII, surgida a raíz del 19 de Abril, ya abrigaba la esperanza de fundar un periódico, para lo cual compró una imprenta, ubicándola en su casa de la esquina de Las Gradillas.

Se refiere también a la obtención de una imprenta en Haití, antes de realizar la invasión que partió desde el puerto de Los Cayos, en 1816, y sigue mencionando la creación de El Correo del Orinoco, en 1818.

Destaca la carta enviada por Bolívar a Fernando Peñalver, a quien pide: “Mándeme Vd. de un modo u otro, la imprenta, que es tan útil como los pertrechos”, mencionando además el hecho de que en sus campañas por el Alto Perú siempre llevaba en los lomos de una mula una imprenta, en la cual publicó El Centinela en Campaña y muchos decretos y manifiestos.

TRIBUNAL ESPONTÁNEO

Bolívar, de acuerdo a la información recogida por Ignacio de la Cruz, no se quedó en la mera construcción de un periódico en Angostura. Su concepción del periodismo lo llevó a afirmar en carta a José Antonio Páez que la prensa es un tribunal espontáneo y órgano de los pensamientos ajenos, en momentos cuando las naciones por él liberadas pugnaban por la forma de gobernarse.

En ese momento veía el lado negativo de la misma, tal y como puede apreciarse en este párrafo de la carta mencionada, fechada en Lima el 4 de agosto de 1826: “Algunos de los del congreso, compuesto de los que fueron esclavos de Morillo, han pagado la libertad con negras ingratitudes y han pretendido destruir a sus libertadores. Vd. era la primera víctima que se ofrecía a sus ojos. El celo indiscreto con que Vd. cumplía las leyes y sostenía la autoridad pública debía ser castigado con oprobio y quizás con pena. La imprenta, tribunal espontáneo y órgano de los pensamientos ajenos, ha desgarrado las opiniones y los servicios de los beneméritos: además ha introducido el espíritu de aislamiento en cada individuo, porque, predicando el escándalo de todos, ha destruido la confianza de todos”.

Sin embargo, trató de vender las ideas de su proyecto de constitución para Bolivia, a la cual atribuía el poder de aminorar los males que se avecinaban. “La imprenta, dijo, serviría con buen suceso para inclinar la opinión pública en favor de este código, inspirar una grave circunspección en materia de tanta magnitud y una lenta marcha en senda tan peligrosa”, asentaba en cartas a Rafael Urdaneta, Cristóbal Mendoza y Francisco Javier Yánez.

FISCAL DE LA MORAL PÚBLICA

Destaca el autor lo dicho por Daniel Florencio O’Leary sobre el Libertador, aduciendo que la prensa debe actuar “como fiscal de la moral pública y freno de las pasiones”, agregando en el párrafo siguiente que “se debe despedazar en los papeles públicos a los ladrones del Estado”.

Incluye como complemento una carta enviada al Dr. Hipólito Unanue, presidente del Consejo de Gobierno del Perú, a quien le escribe en 1825 desde el Cuzco diciéndole: “Hay mucho robo todavía, y este robo se debe denunciar al Congreso, al público y perseguir más que a los godos. La mayor parte de los agentes del gobierno le roban su sangre, y esto debe gritarse en los papeles públicos y en todas partes”.

Demanda también Bolívar eficiencia en la Administración Pública a través de la prensa, de acuerdo a lo planteado por el autor del ensayo: “Que se diga todo al pueblo y que se declame fuertemente contra nuestros abusos y nuestra inepcia, para que no se diga que el gobierno ampara el sistema que nos arruina. Que se declame todo, digo, en la Gaceta del Gobierno contra nuestros abusos; y se presenten cuadros que hieran la imaginación de los ciudadanos”, según un extracto realizado a una obra de José Luis Salcedo Bastardo, quien cita la carta enviada por Bolívar al presidente del Consejo de Gobierno, J. Hipólito Unanue, el 22 de julio de 1825.

LA PRENSA COMO ARMA

El trabajo continúa resaltando el uso político del Libertador a la prensa, dando como ejemplo la batalla del Guayabal, creada por él, la cual, de acuerdo a investigaciones de Vicente Lecuna, nunca se realizó y que sirvió para desalentar al enemigo, mientras generaba esperanzas y expectativas entre los patriotas. En esta gesta imaginaria, Páez había derrotado la élite de tropas realistas y se había apoderado de sus recursos, matando a más de 300 enemigos.

También pidió publicar documentos falsos con la idea de distraer y desmoralizar al enemigo, a la vez que exigía de los redactores de las gacetas y periódicos patriotas una mayor eficacia en la forma de presentar las informaciones, de titularlas y de hacerlas apetecibles a la lectura.

En carta a Tomás de Heres le critica el tamaño de la gaceta que dirige, así como la distribución de las noticias. Al final le recomienda: “Los artículos deben ser cortos, picantes, agradables y fuertes. Cuando se hable del gobierno, con respeto, y cuando se trate de legislación, con sabiduría y gravedad”.

Se aprecian también objeciones hechas a Francisco de Paula Santander, a José Gabriel Pérez y a otros ciudadanos, quienes tuvieron en sus manos la dirección de periódicos patriotas.

Ignacio de la Cruz finaliza su ensayo diciendo: “Todo calza un propósito. El Correo del Orinoco, su obra máxima en el campo del periodismo, es un clarín llamando a la batalla, que desde el centro de las inmensas soledades del Orinoco cobra las fuerzas de sus aguas, y es un río de encendidas conciencias el que marcha”.

Este libro, junto a muchos otros, fueron entregados a los ganadores de los diferentes premios de periodismo otorgados en ocasión de haberse celebrado, el pasado 27 de junio, el Día Nacional del Periodista, en conmemoración del nacimiento en Angostura de El Correo del Orinoco, un arma ideológica de suma eficacia en la guerra por la emancipación.

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BiografíaMínima

>José Ignacio de la Cruz Martínez, nació en Las Juntas, Guanacaste, Costa Rica, el 12 de marzo de 1926.
> Licenciado en Periodismo (1966). Summa cum laude en la Universidad del Zulia.
> Se inició como periodista empírico en 1950 para la revista Tópicos.
> Corresponsal de varios periódicos nacionales.
> Directivo de la Asociación Venezolana de Periodistas en cuatro períodos.
> Investigó los orígenes del cine en Venezuela.
> Es autor de las obras Problemas del lenguaje en el periodismo científico, La ciencia en lengua diaria, entre otras obras.

Ciudad Caracas

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