Bolívar selló la independencia de la Nueva Granada en Boyacá

El 7 de agosto de 1819 se libró la Batalla de Boyacá, en torno al puente que une ambas riberas del río Teatinos en las inmediaciones de Tunja, hoy Colombia. Esta acción de armas, ganada por el ejército patriota con 2.800 efectivos, frente a las fuerzas realistas de José María Barreiro, de 3 mil, selló independencia a la Nueva Granada.

CAMBIO DE ESCENARIO

En el curso de abril y mayo de 1819, encontrándose en los llanos de Apure, Bolívar pondera las dificultades para lograr ese mismo año la independencia de Venezuela, puesto que la guerra contra los españoles tendía a prolongarse sin que se pudiera estimar cuándo culminaría. Ya en el Bajo Apure, el 23 de mayo Libertador celebra una Junta de Guerra en el caserío el Setenta, donde sus oficiales aprueban el plan de llevar el ejército a la otra orilla del Arauca.

Las tropas, en medio de grandes penalidades recorren la provincia de Casanare y ascienden el páramo de Pisba, a cuatro mil metros de altitud sobre el nivel del mar, para caer del otro lado de los Andes y, en sorpresiva campaña de poco más de un mes, independizar Nueva Granada.

RAPIDEZ COMO DIVISA

El 26 de mayo de 1819, desde Mantecal, el Libertador escribió al vicepresidente Zea en Angostura y le expone los puntos principales de su plan. Su idea de llevar la guerra a Nueva Granada en mucho dependía del margen de sorpresa que produjese la acometida republicana en las fuerzas enemigas y la prontitud en sus operaciones. Así, en su misiva a Zea el héroe caraqueño dice “Larapidezseráladivisadeestacampaña”, reiterando la necesidad de que los patriotas en Venezuela, coordinasen una estrategia de distracción para confundir a los españoles en cuanto a la movilización principal republicana, a realizarse precisamente en junio, cuando Bolívar preveía ejecutar el traslado de su ejército por el llano y páramos neogranadinos. Sin embargo, como afirma Vicente Lecuna “laejecucióndelosvastosproyectossóloestabanalalcancedesuautor.APáez,deimaginaciónfértilensusempresasllaneras lointimidaronlasdificultades” considerando que éstas eran tan arduas “comocogerunaestrellaconlamano”. Otros obstáculos serían la disputa entre Mariño y Bermúdez, y el desconocimiento de Zea por Arismendi.

¿POR QUÉ PISBA?

Cerca de un mes requirieron los patriotas para cubrir la distancia entre el Arauca y el pie del Páramo de Pisba, enfrentando impedimentos naturales. “Durantesietedíasmarcharonlossoldadosconelaguaalacintura” dice Daniel Florencio O’Leary, testigo presencial de la travesía.

El 23 de junio, la vanguardia patriota inicia el ascenso a través del inhóspito y desusado camino de Pisba. En palabras del general Francisco de Paula Santander, por entonces muy cercano al Libertador “UnnúmeroconsiderabledesoldadosquedaronmuertosalrigordelfríoenelPáramodePisba,unnúmeromayorhabíaquedadoenloshospitalesyelrestodelatropanopodíahacerlamáspequeñamarcha”.

Y precisamente, fue lo desusado y dificultoso de esta entrada al centro de Nueva Granada, el factor que indujo al héroe caraqueño a tomar esta ruta estimando con acierto, que era la menos custodiada por los españoles.

DE PISBA A BOYACÁ

De Guasdualito a fines de mayo, los patriotas se dirigieron a Tame; de allí a Pore, en las estribaciones del Páramo. Y de Pisba se abren paso a la población de Socha. El 2 de julio, la avanzada a cargo de Santander, en una escaramuza en Paya, desaloja trescientos soldados realistas, que repliegan a Labranzagrande. Creen que son “los insurgentes de Casanare”, no la vanguardia de Bolívar, quienes atacaron. El 7 de julio, cuando el cuerpo de retaguardia a cargo de Soublette recogía pertrechos abandonados por los expedicionarios en Pisba, y con muchos efectivos aún en el hospital, Bolívar ordena a su vanguardia a provocar al enemigo en Corrales de Bonza. El 11 se da la batalla de Gámeza, en la cual Bolívar dice a sus soldados “¡NopudiendoretirarnosporelPárao,debemosVenceroMorir!”. Tras días de amago y acometidas por Bolívar, ambas fuerzas se topan el 25 de julio en Pantano de Vargas. Esta victoria patriota obliga a Barreiro a retirarse a Tópaga. Éste, habiendo perdido la iniciativa busca resguardar su comunicación con Bogotá, por lo cual ocupa Paipa, la cual abandona el 3 de agosto. El 4, con Barreiro en Tunja ambos ejércitos permanecen casi a la vista. La noche del 5 Barreiro avanza por el páramo de Cómbita, entrando el 6 a Motavita, adentrándose luego por el camino de Samacá. Allí tiene dos opciones para seguir a la capital: una ruta en sentido este-oeste, y otra al sur que conduce al puente de Boyacá, a 15 kilómetros de Tunja. Esta, más recta, es la vía que escoge. Y hacia allá se dirige la mañana del día 7.

BATALLA DE BOYACÁ

La vanguardia de Barreiro, a cargo de Jiménez alcanza el puente de Boyacá esa tarde del 7 de agosto. Jiménez, quien sin esperar novedades a esa hora, ordena ranchear (almorzar), cuando es repentinamente atacado por escuadrones patriotas al mando de Francisco de Paula de Santander y Andrés Ibarra, a quienes Bolívar envió para impedir que el enemigo tomase el puente. Fue muy reñida la acción por el control del paso. “Algunos españoles logran cruzar el puente que asegura la vía a Bogotá” (P’Leary). Los llaneros, acometiendo el ala derecha realista, con apoyo de la infantería republicana -la cual, al mando de José Antonio Anzoátegui, si bien se encontraba a legua y media de distancia al inicio de las acciones, pronto se colocó entre Barreiro y Jiménez, con lo que el ejército español quedó divido en dos bloques. De ese modo, la batalla se libró en dos zonas separadass. Tanto la actuación de la vanguardia patriota, como el oportuno movimiento de Anzoátegui fueron la clave en esta victoria republicana de Boyacá.

BALANCE DE CAMPAÑA

Granadinos! Desde los campos de Venezuela el grito de vuestras aflicciones penetró mis oidos, y he volado por tercera vez con el ejército libertador a serviros. La victoria, marchando siempre delante de nuestras banderas, nos ha sido fiel en vuestro país, y dos veces vuestra capital nos ha visto triunfantes(…)Mi ambición no ha sido, sino la de libraros de los horribles tormentos que os hacían sufrir vuestros enemigos y restituiros al goce de de vuestros derechos, para que instituyáis un gobierno de vuestra espontánea elección.

(…)Granadinos! La reunión de la Nueva Granada y Venezuela en una República es el ardiente voto de todos los ciudadanos sensatos(…)Pero este acto tan grande y sublime, debe ser libre, y si es posible unánime de vuestra parte(…)Yo me despido de vosotros por poco tiempo. Nuevas victorias esperan al ejército libertador, que no tendrá reposo mientras haya enemigos al Norte o al Sur de Colombia”

[Proclama del Libertador, Bogotá, 9 de septiembre de 1819].

Correo del Orinoco

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