De la mano del pregonero por toda Caracas

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Los usuarios del Metro de Caracas se sorprendieron. “Lleve el Ciudad CCS”, voceaban los 40 pregoneros que tomaron las estaciones para distribuir los ejemplares gratis. 200 puntos abarcaba la ruta a la que empezaron a llegar los 10 mil periódicos con su “Revolución a diario”.

Era el año 2009, el Departamento de Distribución contaba en su plantilla con unas 47 personas, entre pregoneros, choferes y supervisores. Dar los primeros pasos no fue sencillo. Kathlenny Flores, pregonera, recuerda que a las 6:00 am todos tuvieron que retirar los bultos de periódicos en El Silencio, luego cada uno se montó en el Metro y se fue a su respectiva estación para pregonar este medio que nació para informar sobre la Revolución.

Su punto era la estación Maternidad. Allí la edición voló. En una hora, Flores los había entregado todos. “Al día siguiente la gente lo buscaba más y preguntaban si había llegado”, comentó la pregonera. Cientos de personas querían apreciar las voces de cada comunidad, de cada consejo comunal, de cada barrio.

En Chacaíto, por la salida Pichincha, le correspondió ubicarse a José Raúl Perdomo, quien con sus más de 60 años fue incorporado a trabajar con el equipo desde el primer día y hasta ahora no ha faltado a su cita diaria con el público. “A mí sí dame uno, catire”, le dicen.

Está por terminar sus estudios de Comunicación Social en la Universidad Bolivariana de Venezuela. “Me parecía que la manera más fácil de entrarle al pueblo era comunicando lo que estás distribuyendo y eso incluye el llamar a la persona y darle los buenos días”, comentó.

Con su manera de ser se ha ganado el cariño de muchos de los que transitan por la estación. Hay quien incluso le reclama en tono de broma cuando no le da los buenos días y quien le pregunta si no se cansa de estar en eso la hora que dura repartiendo los diarios. Para él es una forma de vida y de generar un contacto más ameno con hombres y mujeres que muchas veces van con caras largas, con quién sabe qué problemas rondándoles la cabeza.

En ese año del surgimiento del periódico, las tres primeras rutas fueron la de El Silencio, la de Plaza Venezuela y la de la zona oeste. En el último trimestre de 2010 también aparecieron los motorizados, y entre ese año y 2011 se incorpora una flota de camiones, lo que permitió la expansión a las zonas foráneas y el incremento de los puntos de distribución hasta llegar a los mil 300 actuales.

De tres rutas pasaron a seis, para abarcar todos los cuadrantes del Área Metropolitana: la de La Bandera, que llega hasta Los Valles del Tuy; la de Los Teques, que va desde La Paz hasta los Altos Mirandinos; la de Petare-Guarenas-Guatire; la de El Silencio-Casco Central se mantuvo; la de Plaza Venezuela se extendió hasta Terrazas del Ávila; y la ruta oeste se amplió hasta el estado Vargas.

Para el establecimiento de los puntos de distribución se hizo un trabajo de calle con los supervisores y asistentes, quienes hicieron un censo por las principales avenidas. Se fueron mapeando las rutas de manera que una no se cruzara con la otra. A esto se suman las solicitudes que llegan a diario al correo y al teléfono del departamento en las que algunas comunidades piden que el periódico sea entregado en sus sectores.

Los segmentos a los que llegan los ejemplares van desde las instituciones del Estado, los medios de comunicación públicos, comunitarios y algunos privados, los centros de salud, quioscos, la red de alimentación, en la que se incluyen abastos Bicentenarios, Mercales y Pdvales, hasta los consejos comunales y los Centros de Diagnóstico Integral (CDI) de los sectores populares de la ciudad.

A las 5:00 am ya se están cargando los camiones en el Complejo Editorial Alfredo Maneiro, ubicado en Catia. Los supervisores deben llegar antes. Ahí se les entregan los listados con los puntos que tiene que surtir cada camión, la dirección de cada uno y la cantidad de ejemplares que les corresponden. La misma metodología aplica para los motorizados, quienes también reciben su listado. El ruteo termina cuando se entrega el último periódico.

En el caso de las rutas más lejanas a las 11:00 am se está finalizando. En el casco central de Caracas el camión tiene que hacer dos o tres vueltas porque todos los quioscos no abren a la misma hora. Los pregoneros son quienes terminan más temprano su faena.

La entrega en los barrios la hacen en su mayoría los motorizados. Ellos también prestan su apoyo cuando algún camión presenta una falla y se activa el sistema de respuesta para que el periódico llegue a todos los puntos. Si tienen que hacer tres viajes, los hacen para cumplir con 100% de la distribución.

Manuel Mayán: Desde la gente humilde

Una colaboración llevó a Manuel Mayán a formar parte del equipo que lleva el diario cerro arriba. En su Honda azul llegaba a las 4:00 am a la imprenta para llevarlos a los cuatro puntos que le encomendaron. Desde entonces se encarga de trasladarlos hasta los consejos comunales y medios de comunicación. Cuando llegaba sobre sus ruedas a barrios como San José de Cotiza, el 23 de Enero, El Guarataro, Chapellín, Simón Rodríguez, la gente se alegraba y le pedían “tráeme bastantes”. A lo que él respondía: “Les traigo este poquito porque esto está empezando. Vayan distribuyéndolo”.

En los años de existencia que tiene el periódico se ha ido engranando un sistema de distribución informal conformado por quienes se han empoderado de la comunicación popular: personas de las comunidades, los que tienen sus quioscos o los que simplemente quieren compartir la información cuando llegan a sus lugares de trabajo. Hay quien agarra tres ejemplares para darlos a los vecinos o dejarlos en las casas comunales para debatir las noticias del día. La modalidad de “léelo y pásalo” se suma a esta red que se ha ido expandiendo.

“La gente humilde no mira para los lados cuando le das algo que los va a informar. Lo agarran con aprecio y con amor”, destacó Mayán, a quién más de una vez se le cayeron los periódicos que llevaba en su moto por no saber amarrar los paquetes. La gente del barrio lo ayudaba a recogerlos y hasta las personas en situación de calle le echaban una manito cuando iba rumbo a Radio Nacional de Venezuela (RNV) a las 4:00 am.

Ahora a las 3:30 am ya está en la imprenta en Catia. A las 3:50 am empieza a recorrer los 43 puntos que le corresponden para dar su madrugonazo informativo a los medios de comunicación.

En la actualidad 157 personas integran el Departamento de Distribución: 114 pregoneros, 19 motorizados, 7 choferes, 7 ayudantes de chofer, 8 supervisores, un asistente administrativo y el coordinador quien empezó como supervisor.

Hacen cola

Uno de los actuales supervisores, Diego Alejandro Pérez, quien antes fue pregonero y asistente de chofer, relató que la convivencia en las estaciones siempre fue amena, le regalaban café y galletas. La gente se fue acostumbrando a recibir el diario. “Cuando llegaba había cola para esperar el periódico y todavía se ve en la mayoría de los puntos”, agregó.

Los trabajadores coinciden en que la aparición de la revista Épale generó cambios en la logística, pues se duplicó la carga los domingos, por lo que se replantearon algunas rutas de los motorizados para que llevaran los paquetes que los pregoneros no podían transportar.

Otra sorpresa para los caraqueños fueron los dispensadores públicos que les dieron la oportunidad de tomar su diario aunque no estuviera el pregonero. Así el periódico se convirtió en el primero de la historia de Venezuela que se vale de esta herramienta de distribución.

Ciudad Caracas

 

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