Hace 14 años Chávez logró reunir a países miembros de la Opep impulsando un precio justo

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La segunda de Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de las naciones integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo realizada en Caracas, entre el 27 y 28 de septiembre de 2.000, contribuyó a reafirmar el compromiso del grupo de suministrar crudo de manera segura y defender su precio, para contribuir a la disminución de las desigualdades sociales.

Este encuentro tuvo lugar 25 años después del efectuado en Argel (Argelia) en 1975 y correspondió al llamado del comandante de la revolución, Hugo Chávez, por definir estrategias conjuntas que permitieran asegurar la soberanía en el manejo de las materias primas de los países productores de petróleo.

Durante la instalación de la cumbre, Chávez destacó que hasta la creación de la Opep, en 1960, se produjo una etapa de explotación petrolera «absolutamente injusta, signada por un modelo de explotación colonial».

Indicó que entre 1917 y 1928 Venezuela exportó mas 260 millones de barriles de petróleo que contribuyeron en gran medida con el desarrollo de los países industrializados, mientras que al fisco nacional sólo le quedaron 8 millones de dólares, es decir apenas un 3%».

No obstante, señaló que el paulatino deterioro del grupo propició un nuevo advenimiento de condiciones injustas.

A finales de la década de los noventa, la producción de crudo de Venezuela y el resto de los países miembros de la Opep estuvo muy por encima de las cuotas establecidas por la organización, lo cual originó una caída sustancial en los precios del barril, amenazando la estabilidad económica y social de las naciones productoras y exportadoras de petróleo.

De este modo, la cesta Opep se situaba en poco más de 12 dólares por barril, mientras que en Venezuela los precios del barril alcanzaban apenas los 7 dólares.

La Opep rescató su liderazgo
El líder socialista planteó que sólo la unificación y coordinación de estrategias permitiría «lograr el equilibrio y precios justos en defensa de nuestros intereses», y destacó que esta reunión también se incluiría en agenda «los temas de la pobreza, la deuda externa, la situación internacional y las desigualdades sociales».

La propuesta de Chávez rescató los principios de la política petrolera diseñada por el llamado padre de la Opep, el venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo, en la que se establecía que los países productores de crudo debían llevar a cabo esfuerzos, de forma soberana , para que la riqueza generada por esta industria pudiera ser empleada para beneficiar a los sectores más necesitados de la población.

El encuentro de 2000 fue propicio para retomar los fundamentos de la organización, reafirmar sus principios y reforzar la unión ante los retos que se pudieran presentar a futuro.

«Hemos cumplido el objetivo y quiero felicitar a todas las miles de personas que en el mundo entero hicieron posible la realización de esta cumbre y este triunfo y este éxito que hoy, con la frente en alto, presentamos al mundo», expresó el comandante Chávez durante su alocución con motivo de la clausura de dicha cumbre.

Indicó que este evento permitió retomar el camino de la organización, rescatar su liderazgo y reafirmar sus principios para reforzar la unión ante los retos que se pudieran presentar.

«La Opep le dice al mundo desde Caracas que seguimos comprometidos en el suministro, en el flujo de petróleo adecuado, oportuno y seguro al mercado mundial», destacó.

Estabilidad del mercado
Chávez destacó que el aporte del grupo se basaría en contribuir con la estabilidad del mercado y con el crecimiento sostenible de la economía mundial, mientras que las naciones consumidoras de crudo debían sincerar la política de impuestos y las capacidades de refinamiento, junto a la transparencia de la comercialización y la lucha contra la especulación.

Asimismo, planteó la necesidad de que la Opep manifestara su interés en promover el equilibrio ecológico para asegurar la vida sustentable.

En su discurso, el comandante hizo énfasis en que la mayor tragedia que confronta el mundo es la pobreza humana e instó a las naciones a impulsar un desarrollo económico y social igualitario para erradicarla.

«También señalamos nuestra preocupación por el alto nivel de endeudamiento externo que tienen muchos países del tercer mundo, muchos países del Sur, muchos países subdesarrollados y este peso de la deuda limita y dificulta grandemente sus posibilidades de desarrollo, mucho más que los precios coyunturales del petróleo», expresó.

AVN

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