Con pregón, canciones, danza y poesía bajó Pacheco a anunciar en Caracas la Navidad

Valeria y Jesús danzando y lanzando cebollitas, las palomas revoloteaban alrededor de las cotufas que se encontraban en su camino, un encuentro fraterno entre dos abuelos que no se veían desde hace mucho tiempo, fueron algunas de las imágenes que marcaron este lunes la bajada de Pacheco a la Plaza Bolívar, en el centro de la ciudad capital, donde se congregaron numerosos caraqueños.

Este festejo navideño comenzó con los aguinaldos del pasacalle del Niño Jesús, interpretados por Las Voces Risueñas de Carayaca, que dieron paso al encendido de la Estrella de Belén.

Luego, entre cantos y danzas venezolanas, la agrupación Serenata Guayanesa estrenó el aguinaldo pregonero llamado Niño Jesús de Palestina, interpretado por Francisco Pacheco.

Para Ana Mendoza, madre de Valeria y Jesús, de 5 y 8 años respectivamente, el pregón navideño es la festividad por excelencia que marca el inicio de las fiestas navideñas en la ciudad capital.

Minutos más tarde, con risas, brincos y mucha alegría, el pregón de la Navidad fue interpretado por el pregonero Mayor de estas navidades, el diputado socialista Earle Herrera, autor de estos versos dedicados a las parroquias caraqueñas: «¡Caracas dejó de ser sucursal porque hasta en el cielo es la capital!, ¡En el cielo canta un aguinaldero que a Caracas vino cuando era veguero!, ¡Robert y María allá en la Pastora subieron al cielo brillan con la aurora!, ¡Chamitos de Gaza sin casas ni calles, Caracas les brinda completo su valle!, ¡Pacheco bajó rosas de fragancias, trajo los claveles de la tolerancia!».

Por su parte, el jefe del Gobierno del Distrito Capital, Ernesto Villegas, y el alcalde del Municipio Libertador, Jorge Rodríguez dieron lectura al Decreto de Navidad 2014.

«La tradición indica que hay que hacer un decreto de la Navidad, esta lectura no es un decreto oficial puesto que nadie puede decretar la obligatoriedad de la alegría, eso que es algo natural en los venezolanos», expresó Villegas.

Bajó Pacheco

Cuenta la tradición oral venezolana que al llegar la temporada navideña a la Caracas de los «techos rojos» un viejito de nombre Pacheco bajaba desde las espesuras nubladas del cerro Galipán, desde el Waraira Repano hasta la Plaza Bolívar de Caracas, cargado de azucenas, claveles y rosas de múltiples colores.

Para aliviar la tembladera de la mandíbula, a causa del frío, el hombre cantaba «Caminito de Santiago iba un alma peregrina, una noche tan oscura que ni una estrella lucía». Pacheco llegaba con sus burritos y sus flores a la plaza y, en minutos, su mercancía quedaba repartida entre compradores urgentes que salían enamorados a cortejar a sus parejas.

Cuentan que cuando el hombre regresaba a sus montañas el frío que había traído consigo quedaba esparcido en toda la ciudad, analogía que justifica la colorida expresión popular de «llegó Pacheco», dicha por los caraqueños cuando el frío decembrino se asoma en la capital.

A continuación, el Decreto de Navidad 2014:

Ya viene el viejo Pacheco con su ruana campesina, cargado de flores y rodeado de brumas desde lo más alto de nuestra mágica montaña El Waraira Repano, allá por Galipán para anunciar en Caracas que es tiempo de Navidad.

El Gobierno del Distrito Capital y la Alcaldía del Municipio Libertador, considerando que sólo la alegría define la manera natural de los caraqueños joviales, dicharacheros, solidarios y practicantes del bien común.

Considerando que la Navidad es el momento más sublime para el encuentro familiar y amistoso, inspirado en la luz del Niño Dios, mensajero de la paz, de la justicia, y de la igualdad aquí en la Tierra.

Decretan, en primer lugar, queda prohibido en toda esta estancia capitalina la tristeza y la amargura, a menos que se trate de militantes del pasado de cuyos nombres no queremos acordarnos.

Segundo, los chamos de Caracas, incluidos los chamos de corazón, invoquen la felicidad con sus sonrisas, con sus juegos y ocurrentes travesuras entre patinatas y patinetas, en compañía de sus padres y familiares y entrañables amigos, construyendo el nacimiento hogareño al son de aguinaldos, gaitas y parrandas para recibir la buena nueva, la llegada del Niño Dios.

Tercero, que la Caracas bonita con toda su sabrosura siga los pasos de los Reyes Magos tras la luz de una estrella venida del Oriente, allá en Palestina, pues somos la sal de la vida y faro del mundo nuevo.

Cuarto, que a la par de las fiestas navideñas, conjuguemos el entusiasmo con el trabajo en común y productivo, que nos hace crecer como hombres y mujeres de bien para la construcción de una patria prospera, justa, de amorosa inclusión, entonando el más hermoso de los himnos: el de la igualdad.

Quinto, que la tolerancia sea la medida para preservar nuestra integridad física y moral. Sexto, que el consumismo no se exprese en una alienante locura y que las festividades y las felicitaciones navideñas, con las tradicionales tarjetas, y sus ingeniosos motivos, y ahora que son electrónicas y con música más, sirvan para hacer más próxima la cercanía con aquellos amigos que por razones de distancia o por la vía presurosa del modernismo nos han mantenido en el umbral de la lejanía.

Séptimo, que finalmente, a la sazón de este bando pregonero capitalino celebremos la Navidad caraqueña 2014 con toda la fuerza noble de nuestro corazón venezolano, invocando estos versos nacidos del sentimiento popular. Chávez vive en la montaña, Bolívar en el Panteón, y la Caracas de Aquiles para siempre en el pregón.

 AVN

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