Creadores venezolanos reflexionan sobre legado inmortal del Gabo

A un año de la partida física de uno de los más grandes escritores de América Latina y del mundo, Gabriel García Márquez, Hoy Venezuela lo recuerda celebrando su vida, obra, y conversando con dos creadores amantes de su prosa y de su personalidad insumisa: Marialcira Matute y Luis Alberto Lamata.

“Crónica de una muerte anunciada”, “Cien años de soledad”, “Relato de un náufrago”, “La hojarasca”, “El amor en los tiempos del cólera”, “Memoria de mis putas tristes”, “El Coronel no tiene quien le escriba”, y “Los funerales de la Mamá Grande”; son algunas de las novelas que escribió y a través de las cuales supo atrapar a sus lectores.

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Este recordado escritor fue creador del género “realismo mágico”, un movimiento literario que muestra lo irreal como algo cotidiano.

Nació en la población de Aracataca, en Colombia. Antes de incursionar en el mundo del periodismo, se trasladó en el año 1947 a la ciudad de Bogotá a estudiar derecho en la Universidad Nacional. Aunque el estudiar leyes no fue su pasión, pudo consolidar su vocación como escritor y fue en ese mismo año que publicó su primer cuento “La tercera resignación”, en el suplemento Fin de Semana, de El Espectador, un reconocido diario colombiano.

A principios de los años 50 ya tenía adelantada su primera novela, titulada “La casa”, pero luego de regresar a su pueblo natal Aracataca, se dio cuenta que no era el mismo donde él se había criado y fue en ese entonces que decidió cambiarle el título de la obra por “La hojarasca” y el pueblo ya no fue Aracataca, sino Macondo, en honor a los árboles de la familia de las bombáceas, muy comunes en la región.

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En 1954 García Márquez se integró en la redacción del diario El Espectador, donde se convirtió en el primer columnista de cine del periodismo colombiano. Posteriormente en el año 1955, ganó el primer premio en el concurso de la Asociación de Escritores y Artistas. Lo demás es historia. Ha recibido numerosos premios por sus destacados cuentos y novelas, entre los más importantes: el Premio Rómulo Gallegos y el Nobel de Literatura, este último otorgado en el año 1982.

García Márquez vivió una larga temporada en París. Recorrió Polonia y Hungría, la República Democrática Alemana, Checoslovaquia y la Unión Soviética. Luego de su estadía en Europa, a finales de 1957 fue vinculado con la revista Momento y viajó a Venezuela, donde pudo presenciar los últimos momentos de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez. Posteriormente se regresa a Barranquilla donde contrajo matrimonio, unión de la que nacieron sus dos hijos. Luego volvió a Venezuela donde tuvo que dejar su cargo en la revista Momento para trabajar para la revista Venezuela Gráfica.

Posteriormente se trasladó a Cuba donde conoció y donde forjó una amistad con el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro.
“La nuestra es una amistad intelectual, cuando estamos juntos hablamos de literatura”, dijo Gabo en 1981, un año antes de recibir el Premio Nobel de Literatura.

Lamata: “El Gabo era un maestro extraordianario”

El realizador e historiador venezolano Luis Alberto Lamata (Jericó; Desnudo con Naranjas; Miranda regresa; Boves; Bolívar, el hombre de las dificultades, entre otras obras) tuvo el privilegio de conocer a Gabriel García Márquez, le contó a Hoy Venezuela, sobre su experiencia de haber participado en un taller de cine dictado por García Márquez en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, en Cuba, en el año 1986.

“Fue muy interesante porque al momento de abrirse la escuela de cine en San Antonio de los Baños, en Cuba, Gabo organizó un taller sobre ¿cómo echar un cuento? Era básicamente conversar y trabajar cómo debía contar sus historias y la historia contada para cine. García Márquez tuvo siempre una relación muy estrecha con el cine, no solamente por interés como narrador sino que de hecho él estudió cine en Roma (Italia) incluso el haber tenido su gran éxito editorial que fue Cien años de soledad, antes de eso él escribió guiones para películas en México”, relató.

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Lamata describió a Gabriel García Márquez como “un maestro extraordinario porque tenía una intuición y una relación con la realidad y con cualquier material que pudiera contarse de una manera emocionante (…) Era magistral como maestro porque te quería enseñar lo que él había aprendido a lo largo de tanto tiempo de trabajo”.

En cuanto al legado de García Márquez en el cine latinoamericano y mundial, el profesor Lamata manifestó: “no solamente lo cerraría en lo cinematográfico, sino que me iría a su capacidad de contarnos de una manera maravillosa, y creo que ese fue su gran legado, el habernos puesto los ojos sobre su realidad, sobre su pasado, sobre su futuro, sobre los latinoamericanos en general y tratar de contarnos de la manera más emocionante posible”.

Respecto al homenaje que los premios Oscar 2015 le rindió al escritor, Lamata expresó: “fue un gran reconocimiento, no solamente a lo que él escribió en términos de guión o aquellas películas que se adaptaron de sus novelas, sino que el Gabo, por ejemplo, tuvo un papel importante en la fundación de su escuela de cine”.

Lamata aprovechó la entrevista para contar una de las tantas anécdotas que recuerda de su experiencia de conocer a García Márquez: “Lo interesante del taller era que habían participantes de toda latinoamérica, en el caso eramos 10 personas y veníamos de países diferentes (…) era muy interesante contrastar guiones y tratar juntos de armar una historia”.

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“En el primer taller, Gabo estaba escribiendo en ese momento lo que fue su novela sobre Bolívar “El general en su laberinto”, y muchas veces él escribía en las mañanas y el taller era en la tarde y muchas tardes él nos leía parte de lo que él había escrito en la mañana, y ese privilegio enorme de escuchar en boca del autor lo que estaba escribiendo sobre Bolívar, era una experiencia única. El privilegio de escuchar a García Márquez”.

Para finalizar, el profesor Lamata describió al autor de “Cien años de soledad” como “un genio de esos que se dan pocas veces en la historia. Gabo es para latinoamérica lo que Cervantes puede ser para España y lo que Shakespeare puede ser para Inglaterra, es decir, son personajes que de alguna manera saben llegar a la esencia de lo que somos y de lo que queremos ser”.

Marialcira Matute: el Gabo nos dejó sus obras

La escritora y conductora del programa La librería mediática, Marialcira Matute, dijo que a Gabriel García Márquez “hoy no lo recordamos como que partió sino que lo recordamos lleno de vida y lleno de ideas para escribir y para innovar en la literatura de nuestramérica”.

“Ya hace un año que se fue, pero al igual que los grandes escritores, él nos deja sus obras y quizá por eso nos consuela saber que siempre va a estar cerca de nosotros”, sostuvo.

Durante la entrevista, Matute relató que su iniciación como lectora adulta pasó por García Márquez, por Cortázar y Luis Britto García, recordando que a los 14 años de edad leyó “Cien años de Soledad”.

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“Lo leí dos o tres veces y lo disfruté muchísimo y me sentí muy libre también como lectora. Esa libertad en la creación y quizá uno de los legados más importantes de Gabriel García Márquez”, dijo.

Matute recordó que tras conocer la noticia sobre su fallecimiento, “Venezuela hizo una gran cobertura de este acontecimiento, triste, pero teníamos que cubrirlo periodísticamente. Telesur transmitió un programa de horas en el cual iban pasando la historia de García Márquez (…) Tuve el honor de moderar ese programa junto a la presidenta de Telesur, Patricia Villegas, haciendo ese homenaje a García Márquez, comentando, leyendo y recordando ese legado”.

Rememoró que el Gabo recibió el Premio Rómulo Gallegos. “Venezuela siempre ha estado ligada a la literatura de García Márquez y nosotros también en la Librería Mediática le hicimos un sentido homenaje”.

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Antes de finalizar, Matute definió en una frase a Gabriel García Márquez como “desenfadado. “Creo que él siempre fue desenfadado en todo, en su vida, en sus escritos, en la actitud ante la vida. Desenfadado hasta sus últimos momentos, sabemos que él no estaba bien de salud porque ya tenía un desgaste de su capacidad de intelectual por una enfermedad y aún así las pocas veces que salió en público era ocurrente, desfachatado y dueño de un humor negro muy particular”.

Por último, la conductora recomendó para aquellas personas que aún no conocen la obra de García Márquez, comenzar por sus cuentos “es una buena puerta de entrada y después ir a libros de mayor complejidad como Cien años de soledad o el Coronel no tiene quien le escriba (..) las obras de Gabriel García Márquéz son muy literarias, muy creativas”.

A un año de su partida a la inmortalidad, América Latina recuerda al Gabo, que se hará presente siempre en sus libros, en su risa caribeña, y en las bandadas de mariposas amarillas que recorren permanentemente este Macondo que es nuestro continente insumiso.

Hoy Venezuela

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