Venezuela felicita a pueblo salvadoreño por beatificación de Arnulfo Romero

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Venezuela felicitó este sábado, mediante un comunicado, al pueblo de El Salvador por la beatificación del monseñor Óscar Arnulfo Romero, quien fuera asesinado por una bala fulminante directo al corazón el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba una misa en el Hospital Divina Providencia de San Salvador.

«Este reconocimiento reivindica la unión espiritual que hay entre los más pobres y la fe cristiana en su esencia más íntegra», expresa el texto enviado por el Ministerio para las Relaciones Exteriores.

El pasado 3 de marzo, el papa Francisco aprobó el decreto que reconoce el martirio del arzobispo de San Salvador, en odium fidei, es decir, que fue asesinado por odio a la fe, por lo que es beatificado este sábado sin la necesidad de un milagro.

El proceso de beatificación inició hace 21 años, pero las anteriores gestiones papales retrasaron el nombramiento por considerar al monseñor Arnulfo como practicante de la teología de la liberación, contraria a la doctrina conservadora y tradicional del Vaticano.

A continuación el texto íntegro

«El Presidente Nicolás Maduro, en nombre del Pueblo y el Gobierno venezolano, le da un caluroso saludo al gobierno y pueblo salvadoreño y se une a la celebración de América Latina por la beatificación de Óscar Arnulfo Romero, «San Romero de América». Este reconocimiento reivindica la unión espiritual que hay entre los más pobres y la fe cristiana en su esencia más íntegra.

Monseñor Romero es la materialización del compromiso más puro con el pueblo. Su apostolado siempre estuvo de la mano con los oprimidos, en un mundo que procuraba esconder la pobreza y renegar de su existencia. Pero su acción concreta, su comprensión militante de la realidad, lo llevó a sacrificar su propia vida, pero jamás dejó de lado a aquellos que necesitaban de su aliento y acción cotidiana. Como bien lo dijo el propio Monseñor en una entrevista dos semanas antes de su asesinato: «Puede usted decir, si llegasen a matarme, que perdono y bendigo a quienes lo hagan. Ojalá sí, se convencieran de que perderán su tiempo. Un obispo morirá, pero la Iglesia de Dios, que es el pueblo, no perecerá jamás».

El Gobierno Bolivariano, en el ejemplo de Monseñor Romero, afirma su compromiso para continuar trabajando, junto al resto de los pueblos y gobiernos de Nuestra América, en favor de aquellos que históricamente fueron oprimidos. Seguiremos por el camino de la justicia y la igualdad. Debemos rescatar los valores del cristianismo más puro, de aquel que basa su acción en el ser humano. El Comandante Eterno Hugo Chávez nos dijo: «No basta con invocar a Cristo; tenemos que ser seguidores verdaderos… Cristo fue el primer gran socialista de nuestra era».

El Presidente Nicolás Maduro, el Gobierno y el Pueblo venezolano se unen a la celebración en cada uno de los rincones de Nuestra América, de los más humildes, de aquellos que vieron en monseñor Romero la orientación para la construcción de un mundo distinto, más justo y de esperanza.

¡Viva Monseñor Romero!».

 

AVN

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