Casa Amarilla, Caracas Países integrantes del Alba suscriben instrumentos jurídicos de cooperación, de desarrollo de proyectos sociales y de energía renovable, que tienen como centro al ser humano y no al capital.
“Proyectos concretos, reales, viables, desde el Banco del Alba, desde los Fondos de Inversión Petrocaribe-Alba. Proyectos concretos que han surgido de la nueva dinámica económica y de inversiones que, este año, se ha aprobado en la Cumbre de Petrocaribe y el décimo aniversario de la Cumbre del Alba”.
Así lo dijo el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, durante la IV Reunión Extraordinaria del Consejo Político del Alba-TCP, realizada en la Casa Amarilla Antonio José de Sucre, sede la Cancillería venezolana.
Entre los documentos suscritos se encuentran la firma de un acta compromiso para el desarrollo de una planta piloto de energía eólica de 1,5 megavatios. El presidente Maduro indicó que la inversión para la planta eólica es de 4 millones de dólares y proviene del Fondo Energético de Petrocaribe y del Banco del Alba. El acta compromiso la suscribieron la República Bolivariana de Venezuela y Antigua y Barbuda.
Para la construcción y restauración de viviendas en Santa Lucía, dirigidas a personas de escasos recursos, se destinaron 9 millones 538 mil dólares.
Con una inversión de 3 millones de dólares se edificará un centro médico y se mejorarán las vías de los sectores productivos agrícolas en Dominica. Con una suma idéntica de recursos, en San Cristóbal y Nieves se desarrollará el proyecto de paneles solares para escuelas públicas y se construirán viviendas.
Mientras, en Granada se desarrollaran proyectos sociales como la construcción de escuelas, mejoramiento de carreteras, entre otros planes; y en San Vicente y las Granadinas se ejecutarán obras para prácticas deportivas.
Los recursos para estos proyectos provienen del Fondo Energético de Petrocaribe y del Banco del Alba. “Es un sistema económico nuevo, con vida propia, con fuerza propia, que se basa en el desarrollo social y el ser humano en el centro, no el capital.
Por Maryuri Varela
