Niños rescatan junto a sus maestros la gastronomía tradicional y ancestral de Zulia

El olor dulzón de los manjares tradicionales se combinó con el chivo en coco que humeaba encima del fogón, donde la niña de siete años Erimar González, lo cocinaba como toda una experta de la gastronomía wayuu.

“Agarramos la carne de chivo y lo picamos, rallamos el coco y le sacamos la leche; luego colocamos en una olleta la carne junto a la leche y la hervimos hasta que quede suavecita. Después le ponemos pimentón picadito, ají, cebolla, cebollín, papas, aliños y sal al gusto. Cuando esté listo se come con arroz o yuca. Esta comida nos gusta mucho a los wayuu y también a los alijunas”, explicó Erimar, quien estudia en la escuela José Félix Ribas, en el sector Filúos Norte, de la parroquia Idelfonso Vásquez de Maracaibo.

Así como la pequeña Erimar, alumnos de 64 escuelas de Zulia se dieron cita junto a sus maestros y cocineras de la Patria, en el Liceo Octavio Hernández de Maracaibo, cuya sede sirvió de escenario para el Encuentro Gastronómico de Instituciones Educativas de la entidad, en donde explicaron recetas y dieron a conocer como se trabaja desde las escuelas en el rescate de la gastronomía tradicional y la heredada de los ancestros indígenas y afrodescendientes.

Mesones con dulces como mote de yuca y de auyama, de plátano maduro, de lechoza, de leche, de coco, paledonias, besitos de coco; la típica mandoca, el mojito en coco, los bollitos pelones y el chivo, son apenas parte de los manjares que unos expusieron y otros prepararon a la vista de todos, demostrando que desde la escuela el país va creciendo en su soberanía.

“Esta es una actividad que forma parte del cambio cultural que promovemos desde el punto de vista revolucionario. (…) Hoy nos apresuramos reiteradamente a construir y rescatar lo que significan nuestros valores y de promover cambios culturales impuestos y que más que la escuela para impulsar un nuevo modelo económico que responda con hábitos de vida”, manifestó María de Queipo, autoridad Única de Educación en Zulia.

Expresó que la masiva participación de esta muestra gastronómica indica que existe una gran motivación en las escuelas de la entidad zuliana, donde se trabaja para la recuperación y reforzamiento de la identidad cultural, que ha sido avasallada por antivalores y alimentos que no son propios del país.

Dulcería criolla

Estefani Villasmil Avendaño, de siete años y estudiante de segundo grado de la Escuela Fabricio Ojeda, expuso la preparación del mote de yuca, un dulce típico heredado de la cultura africana.

“El mote es un dulce heredado por mis antepasados y que hacía mi bisabuela. Los ingredientes son coco, yuca, azúcar, pimienta y agua. Se ralla el coco y le echamos agua, de allí va a salir una lechita. Aparte cocinamos la yuca y luego la licuamos con la leche de coco y la ponemos a cocinar junto a la azúcar y la pimienta. Esa mezcal la revolvemos con una paleta de madrea hasta que quede de color acaramelado. Se deja enfriar y listo, a comer”, detalló Estefani al manifestar que se siente feliz de poder hacer con ayuda de su tía este manjar heredado de su bisabuela.

Marilú Martínez, docente integradora de la Escuela Fabricio Ojeda, expone la importancia que los niños conozcan de sus antepasados a través de la comida, lo cual asimismo forma parte de ejercer y enseñarle soberanía.

Sostuvo que la elaboración de dulces en la escuela donde labora, está asimismo vinculada con el plan Todos Manos a la Siembra con la participación de las comunidades adyacentes, en cuyos patios se tienen sembradíos de yuca.

“Les enseñamos a los niños cómo utilizar la yuca en nuestros platos diarios y dulces como el mote, los buñuelos, arepitas de yuca y otros. También les enseñamos a hacer dulces y comidas a base de coco, que es para los afrodescendiente un fruto especial, pues todos su platos están vinculados a éste”, refirió al exponer que desde la escuela también se puede conocer la historia por medio de la gastronomía heredada por los antepasados.

AVN

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