Nueva boleta electoral sepulta definitivamente vieja práctica: “acta mata voto”

Boleta electoral electrónica marca mayor distancia con el tarjetón y fortalece el derecho al sufragio

La incorporación de la tecnología ha sido y es un factor que ha fortalecido la garantía del derecho al sufragio. La existencia física de una boleta electoral, la forma y el método de funcionamiento de la máquina, el comprobante del voto y la caja de resguardo, así como todo el funcionamiento de la mesa, expresan la simbiosis entre un modelo que no se explica sin el reconocimiento de un pasado político.

Para esta contienda se presentará una boleta, totalmente electrónica y sin óvalos para marcar, que pudieran dificultarle a algunos electores escoger a la opción de su preferencia.

La boleta electoral mostrará los logos de los partidos políticos, a los que se agregarán indicadores visuales con luces que se encenderán una vez hayan sido seleccionados. El tamaño de la boleta será más grande y permitirá que haya más espacio entre logo y logo a fin de evitar confusiones que deriven en votos nulos.

Con estos cambios se consolida una boleta electoral que hace mucho dejó atrás al tarjetón, y con ello la práctica del fraude bautizada por la vieja política como el “acta mata voto”.

Adiós al tarjetón

El libro “El afiche electoral presidencial”, editado por el ministerio de la cultura en 2009, reseña que debido a la “proliferación” de partidos, en las décadas de los 40 a los 60, se diseñó un solo elemento gráfico bautizado como el tarjetón, el cual se utilizó por primera vez en 1973.

Germán Yépez, historiador y ex rector del Consejo Nacional Electoral (CNE), explicó que con el tarjetón los electores marcaban con un lápiz la opción de su preferencia, la depositaban en cajas y al no haber testigos de los partidos pequeños en las mesas de votación se repartían esos votos entre los más grandes y luego se forjaban las actas de totalización.

“Eso es lo que llaman “acta mata voto”, no importaban los votos, lo importante eran las actas emitidas por representantes, fundamentalmente, de AD y Copei”, reseña Yépez.

Además, el historiador destacó el evidente contraste entre el sistema electoral anterior y el automatizado de la actualidad. “No hay forma de hacer trampa”, asevera, al explicar que el voto electrónico emite un comprobante que facilita auditorías posteriores.

“No se han presentado inconsistencias entre los recibos de votación y las actas electrónicas”, explicó Yépez para reafirmar que con la aplicación de la boleta electoral se sepultó la práctica puntofijista del “acta mata voto”.

Con la incorporación de las tecnologías del voto, el CNE se ha propuesto derrotar la cultura del fraude que caracterizaba al sistema pasado y se plantea un reto importante, como lo es la implementación de múltiples instrumentos verificables para que los partidos políticos y las ciudadanas y ciudadanos participen en los eventos electorales, con la seguridad sobre los resultados.

 

Prensa MinCI / Emily Losada O.

 


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