El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, rindió homenaje este jueves a las víctimas del acto terrorista perpetrado en contra de la Revolución Cubana en el que perdieron la vida 73 personas.
El mandatario nacional hizo un recorrido por la lamentable historia, en la que fueron colocadas bombas en un avión de la línea Cubana de Aviación, acto planificado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), a través del cubano con nacionalidad venezolana Luis Posada Carriles, quien a 40 años del suceso continúa prófugo de la justicia venezolana y protegido por el Gobierno de Estados Unidos.
El 6 de octubre de 1976, el avión procedente del aeropuerto internacional de Seawell, de Barbados, rumbo a Jamaica y con destino final La Habana, estalló y acabó con la vida de 57 cubanos —16 de ellos integrantes del equipo juvenil de esgrima—, 11 jóvenes médicos de Guyana y cinco funcionarios norcoreanos.
“Prohibido olvidar hemos dicho y seguimos diciendo, hay que tener conciencia de porque el imperio cree que le pertenecemos, creen que debemos ser los nuevos esclavos, el imperio estadounidense no ha renunciado a su deseo de engullirnos” expresó Maduro.
Agregó que el imperio estadounidense quiere destruir las Revoluciones con métodos diferenciados; en el caso de Venezuela con guerra económica, financiera, golpes de Estado y violencia terrorista, y en el caso de Cuba con sonrisas y canciones.
“Al final nos quiere comer a los dos –dijo- quieren destruir la historia de -José- Martí y Fidel -Castro- ¡No podrán porque aquí estamos Cuba y Venezuela! Con -José- Martí y -Simón- Bolívar, -Hugo- Chávez y Fidel -Castro-, Raúl -Castro- y -Nicolás- Maduro, estamos aquí más duros que nunca, más claros que nunca y más decididos que nunca”.
Según reseña la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), Posada Carriles se fugó de Venezuela a la medianoche del 18 de agosto de 1985, de la Penitenciaria General de Venezuela, donde se encontraba recluido por su participación en la voladura del avión.
En Estados Unidos fue detenido por delitos migratorios: mintió sobre su ingreso a ese país en 2005. Nunca fue imputado por los actos terroristas que caracterizan su prontuario.
En 2011 fue puesto en libertad. La jueza estadounidense Kathleeen Cardone tomó la decisión tras considerar que ya era un “viejo, inválido y tenía fuertes vínculos con la comunidad».
Desde hace 11 años, el Gobierno de Venezuela solicita a Estados Unidos su extradición.
Por: Bianca Borrero
