Informantes de la Agencia para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) recibieron una suma cercana a los dos millones de dólares en pagos de esta fuerza antidrogas, por el caso contra Franqui Flores de Freitas (30 años) y Efraín Campos Flores (31).
Así lo revelaron los mismos informantes sobre cuyo testimonio se fundamenta el caso, durante las audiencias del juicio que se ejecuta en una corte de Nueva York. La defensa del caso, en consecuencia, argumentó que estos supuestos testigos no podrían considerase confiables debido a que son “informantes tarifados de la DEA”.
En la corte, uno de los supuestos testigos explicó sentirse contento al saber que las personas con las cuales la DEA los estaba enviando a reunirse eran familiares de la primera dama de Venezuela, ya que significaba mayor cantidad al momento de efectuarse el pago.
Además de los pagos de la DEA, la defensa de los venezolanos cuestionó la confiabilidad de los testigos por que continuaban participando en actividades de narcotráfico, pese a que habían dicho ante la corte que no lo hacían. Sin embargo, los abogados lograron comprobar por medio de unas grabaciones de llamadas telefónicas hechas por los informantes en días pasados, cómo seguían haciendo transacciones con narcóticos.
Estas referencias forman parte de la serie de argumentos utilizados por la defensa para que el jurado las considerara como elementos para sustentar la existencia de duda razonable.
Otro punto planteado por la defensa, fue el hecho de que la fiscalía no presentó droga, ni aviones, ni dinero, ni otro tipo de elemento que demostrara la capacidad de los acusados para cometer el delito por el que se les procesaba.
Sin embargo, la declaratoria de culpabilidad procedió aún sin aparentes razones jurídicas que justificaran el encarcelamiento de los hermanos Flores, aunque no faltaron las presiones de carácter político.
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Prensa MippCI
