En medio de emotivas consignas y cánticos revolucionarios el pueblo de Caracas acompañó al líder político y social del 23 de Enero, Fabricio Ojeda, hasta el Panteón Nacional después de 50 años de su vil asesinato en una celda del Servicio de Información de la Fuerzas Armadas (SIFA), durante la tristemente célebre Cuarta República.
El ingreso de este jefe guerrillero de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) al sitial de honor de los héroes de la Patria representa, no sólo la reivindicación de un proceso de lucha del pueblo venezolano por su liberación que fue silenciado y que intentó ser borrado hasta la llegada de la Revolución Bolivariana, sino que otorga finalmente el reconocimiento y los honores al sujeto transformador, símbolo de lucha y resistencia de colosales dimensiones que el oscurantismo eclipsó durante medio siglo.
Cientos de miles de hombres y mujeres con sus fusiles de sueños al hombro, ratificaron la tarde de este lunes 23 de enero de 2017, la vieja pero muy vigente consigna del comandante Roberto en su transito hasta el Panteón «la línea justa es luchar hasta vencer».
