De más está decir las implicaciones que tienen las elecciones en Ecuador, a celebrarse el próximo domingo en el hermano país, con el que compartimos la independencia, peleada con sangre por un mismo Ejército Libertador.
Como muchos recordarán, en Ecuador, las políticas neoliberales, establecidas a principios de los noventa, desembocaron en el salvataje o rescate bancario de 1999, la quiebra del sistema financiero y la peor crisis económica su la historia, que provocó la pérdida de la moneda nacional en 2000.
La inestabilidad política generada por los gobiernos de la derecha devino en la salida de tres presidentes en apenas diez años, destituidos en medio de revueltas populares por la grave situación económica y social: Abdalá Bucaram, el 5 de febrero de 1997; Jamil Mahuad, el 21 de enero de 2000, y Lucio Gutiérrez, el 20 de abril de 2005.
Antes y después de la Revolución Ciudadana
En enero de 2007, después de convocar al pueblo a una Asamblea Constituyente, se activó un modelo de gobierno que puso fin a la inestabilidad política, así como a las medidas neoliberales y la ingerencia extranjera. Con un rol más decisivo del Estado, Ecuador le dijo «No» al Tratado de Libre Comercio, el paquetazo neoliberal promovido por Estados Unidos para América Latina; y se comenzó a generar empleos a través de las obras públicas; se incrementó el subsidio de proyectos sociales para la población más necesitada, y se facilitó el crédito para la producción y la vivienda con tasas preferenciales y pago a largo plazo.
En 2008, el Tribunal Supremo Electoral llamó al referendo del 28 de septiembre, donde el «Sí» obtuvo 63.93% frente al «No» con 28.10%. Tras convocar a elecciones generales, el 26 de abril de 2009, Rafael Correa ganó la primera vuelta con 51.99% y, en las elecciones generales de 2013, fue reelegido con 57.17%.
De 2007 a 2015, en Ecuador, se han aprobado más de 190 leyes para transformar las relaciones de poder e impulsar garantías sociales para todos los ciudadanos: 27% leyes para el desarrollo; 24% leyes para la reorganización del poder y la participación ciudadana; 18% para derechos del Buen Vivir; 18% para la recuperación de las facultades del Estado y la nueva organización territorial; 12% en Estado y 1% en otros intereses, como: Presentación y Control de las Declaraciones Patrimoniales Juradas, Equilibrio de las Finanzas Públicas y la de Solidaridad y Corresponsabilidad Ciudadana para la Reconstrucción y Reactivación de las Zonas Afectadas por el Terremoto del 16 de Abril, según el último Informe de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo.
En 2007, el porcentaje de personas pobres por ingreso era de 36.7%; en 2015, se ubica en 23.3%, más de 1 millón de ecuatorianos superaron la pobreza; en pobreza extrema, Ecuador registra un descenso de ocho puntos porcentuales desde 2007 y se ubica en 8.5% para 2015, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la Encuesta Nacional de 2015.
La pobreza urbana disminuyó, de 24.3% a 16.4%, y la pobreza rural se desplomó, de 61.3% a 35.3%, y hoy, hay menos pobres en las ciudades y los campos ecuatorianos.
El crecimiento económico de Ecuador ha beneficiado directamente a sus ciudadanos. La relación del ingreso promedio del 10% más rico, en relación al 10% más pobre, bajó de 42% a 25%, disminuyendo la brecha entre quienes reciben más ingresos y menos ingresos; entre 2007 y 2015, el sector más pobre duplicó su ingreso mensual per cápita.
Ecuador es uno de los países que más redujo la desigualdad en América Latina. Entre 2007 y 2013, bajó su coeficiente de Gini en seis puntos (del 0,55 al 0,49), mientras América Latina completa lo redujo apenas dos puntos (0,52 al 0,50).
La tasa neta de matrícula en Educación Básica subió del 92 al 96% en ocho años y el total de matriculados en el sistema público aumentó de 2 millones 604 mil a 3 millones 479 mil.
Recordemos que entre 2007 y 2015, el índice de la población más pobre incrementó seis puntos porcentuales, del 89% al 95,4%.
En Educación Superior, Ecuador es el país de la región con mayor inversión, 2% de su Producto Interno Bruto (PIB), superando a Bolivia, Paraguay y Uruguay. De 2007 a 2015, las becas escolares beneficiaron a 14 mil 276 estudiantes; en contraste con apenas 237 estudiantes que lograron una beca desde el año 1995 a 2006.
La Revolución Ciudadana destinó más de 1 mil millones de dólares para nuevas universidades: la Universidad de las Artes, la Universidad Regional Amazónica, la Universidad Nacional de Educación y el Proyecto Yachay, una ciudad del conocimiento.
Uno de los aspectos más significativos de la Revolución Ciudadana es la estabilidad y el crecimiento económico. A pesar de la crisis del capitalismo mundial, entre 2007 y 2015, Ecuador aumentó su PIB 3.9%, mientras América Latina aumentó 2.9%, según el balance presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en diciembre de 2015. El Gobierno destinó 9% de su PIB para la inversión pública.
Uno de los graves problemas de Ecuador, antes de la Revolución, era la gran evasión de impuestos. De 2000 a 2006, los tres gobiernos de ese período recaudaron apenas 21 mil 338 millones de dólares, mientras que la Revolución Ciudadana triplicó esa cifra, con 88 mil 177 millones de dólares, según datos del Servicio de Rentas Internas.
Desde la Revolución Ciudadana, Ecuador ha logrado mantener bajos índices de inflación. En 2015, registró una inflación anual de 3.67% y en 2013, de 2.70%, según el último reporte del Índice de Precios al Consumidor (IPC), del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Inec).
Ecuador tiene la tasa más baja de Suramérica de desempleo, con 4.3% en 2015, por debajo de Perú, Argentina y Chile, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.
El salario básico, antes de la Revolución Ciudadana, era de 160 dólares y, ahora, es de 366 dólares. “El salario antes cubría el 40% de la canasta básica, mientras que ahora cubre el 100%. Por eso, decimos que es un salario digno”, según Pabel Muñoz, titular del Senplades.
La cobertura de la seguridad social para los empleados a escala nacional presenta una tendencia creciente. En 2015, 67% de los ocupados plenos poseen afiliación a la seguridad social (IESS); 43.6% en 2013 y 26% en 2007, según la Encuesta de Empleo, Subempleo y Desempleo, 2009-2014, del Instituto Nacional de Estadística y Censo.
El número de personas afiliadas al seguro social se incrementó de manera significativa. En 2015, el IESS reportó 3 millones 145 mil 015 afiliados al Seguro General Obligatorio y 1 mil millones 227 mil 983 personas cubiertas por el Seguro Social Campesino.
En los últimos 9 años, el Gobierno invirtió 13 mil 500 millones de dólares en salud, según cifras del Ministerio de Salud. Ecuador cuenta con 21 hospitales nuevos, 20 mil nuevos profesionales médicos se han sumado al sistema público de salud, 1 mil 200 de ellos son ecuatorianos, gracias al programa “Ecuador, saludable, vuelvo por ti”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció la labor del Gobierno de Ecuador en la reducción de la desnutrición, que bajó, de 1.1% en 2007, a 0.4% en 2014.
Otro importante logro, en Ecuador, es el incremento del número de consultas en los hospitales públicos. En 2006, se registraron 16 millones consultas, mientras que en 2015 el número de consultas fue de 38 millones, demostrando el éxito de la inversión social en salud pública.
En 2008, el presidente Rafael Correa decidió no renovar el convenio por el que Estados Unidos utilizaba, desde 1999, el puerto pesquero de Manta para “interceptar vuelos del narcotráfico” y afirmó la soberanía de Ecuador sobre su territorio. Declaró que «no vamos a perder absolutamente nada cuando se vaya la base norteamericana de Manta, así haya algunos que nos acusen de que con eso va haber un rebrote del narcotráfico, esas son las farsas que hemos vivido», siguiendo el mandato constitucional, aprobado en consulta popular, que prohíbe el establecimiento de bases militares extranjeras en el territorio ecuatoriano.
«Somos un pueblo de paz y consecuente con sus principios y compromisos con la sociedad ecuatoriana», resaltó Correa, fijando una política exterior en defensa de la soberanía y la integración regional.
Ecuador, cercano a las elecciones presidenciales
En las encuestas del 5 de febrero, Alianza País ocupa el primer lugar con 35%, seguido por Lasso con 16% y Viteri con 14%. Estas cifras dejan ver porqué el Presidente de la República de Ecuador, Rafael Correa, acusa reiteradamente a la oposición ecuatoriana de emprender una campaña sucia, plagada de mentiras y calumnias contra la Revolución Ciudadana.
Lenín Moreno, del partido gobernante Alianza País, es el primero según las encuestas, plantea nuevos acuerdos para estimular la producción y el empleo; fortalecer la educación superior, luchar contra la violencia y narcotráfico; mayor seguridad social para los adultos mayores; transformar el campo ecuatoriano y profundizar la Revolución Ciudadana.
Guillermo Lasso, de la alianza CREO-SUMA, ocupa el segundo lugar en las encuestas, de la derecha, defiende una economía de libre mercado y aumentar la participación del sector privado. Aportó 113 mil dólares a la campaña electoral del expresidente Mayil Mahuad (1998-2000), luego se desempeñó como gobernador de la provincia de Guayas y ministro de Economía durante esta gestión.
Cynthia Viteri, del Partido Social Cristiano, ocupa el tercer lugar, defensora del libre mercado, plantea bajar los impuestos y no los sueldos, reducir los costos de producción para mejorar la eficiencia y competitividad del sector productivo, y suprimir algunos impuestos. En los documentos desclasificados del portal Wikileaks, se conoció que el banquero Fidel Egas financió la campaña de Viteri en 2006, a cambio de colocar a un hombre de su círculo íntimo en su gabinete, para conseguir protección e influencia.
Para reflexionar
Es obvio que la derecha ecuatoriana, al igual que las del resto de la región, solo persigue sus intereses de clase, recuperar el poder político para volver a sus viejas negociaciones con el imperio. Esta derecha apátrida y mezquina no tiene miramientos a la hora de seguir al pie de la letra el guión trazado por su patrón, el Fondo Monetario Internacional.
A los fieles colaboradores del «gigante del Norte», en su obstinado afán de implantar de nuevo la Doctrina Monroe en América Latina y reapoderarse de su patio trasero, no les interesa que gobiernos progresistas se mantengan en el poder, capaces de hipotecar la patria de todos a cambio de sus conveniencias particulares, van en contra de cualquier política que proteja al pueblo y que defienda la soberanía de su país.
Ellos, queridos compatriotas de la Patria Grande, solo persiguen recibir su propina; no les importa en lo más mínimo ceder la patria a la histérica y decadente vorágine del imperio que, decadente y moribundo, patalea por sobrevivir.
Por eso, es vital que todo ciudadano que se precie de ser ecuatoriano, dentro y fuera de su territorio, acuda a votar el próximo domingo 19 de febrero, porque el llamado es a defender esos logros que solo pueden ser alcanzados en la Revolución de un continente que se agita y se resiste a permanecer de rodillas y, retomando el impulso de sus grandes héroes, le dice para siempre a las derechas locales e internacionales «go home«.
Prensa Mippci/Iris Iglesias
