Nuevas viviendas devolvieron la esperanza a familias afectadas de Amuay

 Abraham Rodríguez, de 24 años de edad, y su esposa, Anibeth Irausquín, de 20 años de edad, vivían con otras tres familias en una casa ubicada frente a la planta de Hidrógeno de la refinería de Amuay.

La casa que ocupaban junto a otras 13 personas fue arrasada por la explosión ocurrida la madrugada del sábado 25 de agosto en esta refinería, perteneciente al Complejo Refinador de Paraguaná, estado Falcón.

«La casa quedó sin techo, sin ventanas, nos salvamos de milagro. Mi sobrinita (Anisabeth Irausquín) fue la que más sufrió, un trozo de asbesto le cayó en la cabeza y la rompió, pero el presidente (Hugo) Chávez la visitó en el hospital Calles Sierra y le prometió que le darían una casa», cuenta Anybeth, quien tras esta compromiso vio renovada su esperanza.

Esta promesa se hizo realidad y Anibeth, que está embarazada, recibió una casa en el centro residencial Ciudad Federación, a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV).

Su hermana Anisabeth y su madre también recibieron casa en el mismo centro residencial, donde viven actualmente 128 familias afectadas por el incidente registrado hace más de una semana.

Muy cerca de allí le fue adjudicada una vivienda a Olga Valles de Polanco, una emprendedora social de 65 años de edad que perdió su vivienda en el sector La Pastora.

“Yo perdí mi casa y mi hija estaba de guardia en el hospital (Calles Sierra) el día de la explosión. Nos comunicamos con ella por teléfono para informarle que estábamos vivos; y ella se quedó trabajando dos días seguidos”, relata Olga.

Esta maestra jubilada vivía junto a sus tres hijos y las familias de casa uno de ellos. «Ahora nos dividimos en dos casas que nos fueron asignadas», relató.

Por su parte, Mayra Gómez, también habitante de La Pastora, perdió la casa donde vía junto a su esposo, sus dos nietos y un hijo menor de 14 años. Su hija mayor, madre de sus dos nietos, sufrió una doble fractura de pierna durante la explosión.

“Nos asignaron esta casa, y no me canso de darle gracias a Dios y al presidente Chávez, porque en medio de la tragedia esto ha sido una esperanza… ya hemos arreglado casi todos los corotos y lo más importante es que seguimos vivos y juntos”.

El martes pasado, llegaron a Ciudad Federación las primeras 60 familias que habían perdido sus hogares. Luego llegaron 68 más. Todas viven ahora en casas con tres habitaciones, sala, cocina, comedor y dos baños.

AVN

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