Desde que el Comandante Hugo Chávez asumió el gobierno en el año 1999, un sector de la población adversó su proyecto de país que dignificaba al pueblo más vulnerable, abandonado durante la cuarta República. Desde esa fecha hasta la actualidad, esta oposición ha buscado por la vía de la violencia dar un golpe de Estado para acabar con la Revolución Bolivariana.
Cuando Nicolás Maduro asume la presidencia en el año 2013, después del fallecimiento del Gigante de la Patria, estas acciones se acrecentaron con las llamadas «guarimbas», con las que intentaron decorrarlo, y cobraron la vida de personas inocentes.
Ante esta situación el Jefe de Estado llamó a la extrema derecha al diálogo nacional por la paz del país. En este sentido, se presenta cronológicamente más de sus 400 invitaciones:
Por la democracia verdadera
Tras su triunfo electoral, el 14 de abril de 2013, el Jefe de Estado expresó su total disposición a discutir junto a los diversos sectores sociales del país sobre los problemas nacionales y trabajar en conjunto para su solución.
«Vamos a trabajar juntos por la democracia verdadera. Los invito a todos y a todas. Aquí no habrá pacto de élites; diálogo bolivariano, sí”, expresó.
En el acto de juramentación de su primer gabinete, el 22 de abril de 2013, Nicolás Maduro expresó: “Soy presidente de todos los venezolanos, estoy interesado en establecer diálogo fructífero, constructivo”.
En 2014, como respuesta al plan desestabilizador “La Salida”, fomentado por Leopoldo López e iniciado el 12 de febrero de ese año, el Presidente convocó de inmediato la Conferencia de Paz. A la reunión celebrada en Miraflores el 26 de febrero de ese año, asistieron las iglesias, incluido el Nuncio Apostólico; también el exgobernador Henry Falcón, Leopoldo Puchi, Hiram Gaviria y Vladimir Villegas. Los demás representantes de la oposición se negaron a asistir.
Entre la legalidad y violencia terrorista
Luego de la reunión del 26 de febrero el equipo de la Conferencia de Paz, por instrucciones y voluntad del Presidente Maduro, intentó concretar un encuentro entre el liderazgo de la Revolución Bolivariana y los dirigentes de la MUD. Aunque hubo reuniones previas, la oposición jugando entre la legalidad y la violencia terrorista no se decidía a condenar las “Guarimbas”.
El 10 de abril de 2014, después de grandes esfuerzos, se dio un encuentro gobierno-oposición. El Presidente Maduro “por la paz y el diálogo” aceptó la solicitud de la oposición: efectuar la reunión en Miraflores, transmisión en cadena nacional, con presencia todos los partidos con derecho a participar, presencia de UNASUR y el Nuncio Apostólico, entre otros.
En la reunión de abril en Miraflores surgieron acuerdos y se instaló una mesa de diálogo político encabezada por Jorge Arreaza, en representación de la Revolución y Ramón Guillermo Aveledo, en representación de la derecha.
MUD desconoce investidura del Jefe de Estado
Antes de las elecciones parlamentarias de 2015, el Presidente Maduro anunció que luego de los comicios convocaría a “todos los diputados electos, incluidos los de la MUD a un diálogo nacional en el palacio de Miraflores en función de los grandes objetivos de desarrollo del país» para el período 2016-2018. La respuesta opositora, en voz del secretario de la MUD, “Chúo” Torrealba, fue el desconocimiento de la investidura del Jefe de Estado.
Luego de la victoria circunstancial de la derecha en las elecciones parlamentarias, el Comandante en Jefe al reconocer el resultado electoral, llamó al diálogo y a la reconciliación nacional. Sin embargo, la oposición rechazó nuevamente la petición buscando como siempre la confrontación.
El 19 de enero de 2016, cuatro días después de presentar su mensaje anual ante Asamblea Nacional adecoburguesa, el Presidente Maduro convocó a la derecha al diálogo; en esta oportunidad para que voceros de sus gobernadores y diputados integraran el Consejo Nacional de Economía Productiva y participaran en el diseño y ejecución de la Agenda Económica Bolivariana.
MUD busca la salida violenta
Un día después de que el presidente Nicolás Maduro resaltara la importancia del “diálogo de fortalezas y no de debilidades, el diálogo en función del país”, con el fin de promover la paz en Venezuela, Leopoldo López hizo su llamado a iniciar “La Salida” (Febrero de 2014).
En 2014, en la Mesa de Diálogo Político luego de varias reuniones, el 12 de mayo hubo avances concretos. Ese mismo día, en la noche, Ramón Guillermo Aveledo, en llamada telefónica y sin más explicaciones, le comunicó a Arreaza que la MUD se retiraba de la Mesa. A los pocos días Aveledo fue destituido de su cargo en la MUD.
Los voceros de la MUD se caracterizan por asumir una posición dentro de la mesa y otra fuera de ella. Muestran una gran contradicción entre los planteamientos que hacen a sus seguidores y los diferentes intereses que hay entre sus integrantes.
En enero de 2016, ante la nueva convocatoria a diálogo del Jefe de Estado, la Asamblea Nacional en desacato respondió con la profundización del conflicto, donde desconocieron los demás poderes del Estado al emitir leyes inconstitucionales que pretendían arrebatar al pueblo los logros alcanzados en Revolución.
Sin convicción real y ante la presión internacional, la MUD aceptó dialogar con el Gobierno el 30 de octubre de 2016, sin embargo días antes de esa fecha algunos de sus voceros, entre ellos Henrique Capriles Radonski y María Corina Machado, negaban haber aceptado acudir a la reunión.
En 2017, la derecha intensificó la espiral de violencia desatada desde el mes de abril hasta julio, la cual cobró la vida de más de 120 venezolanos, cientos de heridos y grandes pérdidas patrimoniales. Violencia que fue derrotada porque el pueblo decidió por la paz al elegir la nueva Asamblea Nacional Constituyente (ANC) .
El 31 de julio luego de la victoria contundente de la ANC el conductor de la Revolución Bolivariana manifestó que “la ANC sea el espacio del diálogo nacional de la gente honesta que quiere paz”.
Desde la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente se ha venido convocando a la MUD varias veces a sentarse en la mesa de diálogo, pero sus dirigentes, la Conferencia Episcopal y los grupos empresariales reunidos en torno a Fedecámaras, se han negado reiteradamente a participar.
A comienzos de 2018 específicamente el 12 de enero el Gobierno Bolivariano convocó nuevamente a los dirigentes de la oposición a reanudar la mesa de diálogo para llegar a un acuerdo definitivo. A continuación un recuento de los esfuerzos para llegar al acuerdo definitivo:
31 de enero: Gobierno y oposición anunciaron que el 5 de febrero sería la firma del acuerdo definitivo. Regresaron a Caracas para afinar detalles sobre el consenso. Ese 31 de enero habían firmado un acta de preacuerdo según confirmó la delegación venezolana y el presidente dominicano Danilo Medina. La oposición negó esta información.
3 de febrero: La oposición venezolana afirmó que espera “contraofertas” del Gobierno. El Gobierno destacó los avances en las conversaciones.
4 de febrero: La oposición aún evaluaba su presencia el lunes en República Dominicana para la firma. El Gobierno anunció que estaba listo para viajar a la nación anfitriona.
5 de febrero: El Gobierno de Venezuela informó que estaba de acuerdo con 99 por ciento y anunciaron que sostendrían encuentros durante toda la noche para culminar las gestiones definitivas. La firma prevista fue prorrogada hasta el martes.
El expresidente de España Luis Rodríguez Zapatero viajó a Venezuela y se reunió con el Jefe del Estado para trabajar en el fortalecimiento del diálogo con la oposición.
6 de febrero: Las partes se encontraron en Santo Domingo para lo que se esperaba fuera la firma del documento. Ya en la nación anfitriona y luego de varias horas de trabajo la oposición venezolana informó que no hay aún un acuerdo definitivo y que no habrá firma. El Gobierno por su parte denunció una llamada de actores externos al diálogo para generar presión.
“Una llamada telefónica realizada desde Colombia, impidió que la oposición suscribiera los acuerdos que ya habían sido aceptados por ambas partes y de lo cual es testigo José Luis Rodríguez Zapatero”, denunció Jorge Rodríguez Jefe de la delegación del Gobierno en el diálogo.
7 de febrero: El Jefe del Estado venezolano firmó el acuerdo de paz y aseguró que lo cumplirá en todas sus partes. «Creo en el diálogo y en la paz», manifestó luego de rubricar el acuerdo definitivo, pero que no fue firmado por la oposición.
Este mismo día el expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero emitió una misiva para exhortar a la delegación de la oposición venezolana en la mesa de diálogo a suscribir formalmente el Acuerdo de Convivencia Democrática elaborado en República Dominicana, donde el Gobierno venezolano se comprometió a cumplir y respetar escrupulosamente
Prensa Mippci