Hace 93 años, nació Malcom X, el 19 de mayo de 1925 en Omaha, Nebraska, Malcolm Little, líder revolucionario, defensor de los derechos de la población afroamericana, contra el racismo y la exclusión.
Cambió su apellido por la «X», que simbolizaba el apellido africano original que los afrodescendientes americanos habían perdido. Hijo de un pastor protestante y de una mulata, creció entre los continuos traslados de residencia de su familia, huyendo de las agresiones de grupos racistas, que finalmente, asesinaron a su padre en 1931.
Desarrolló un sólido activismo político en defensa de una minoría racial maltratada, impulsó la participación de toda la sociedad en la lucha política, en el marco de la defensa de los derechos civiles, completamente inexistentes en la década del cincuenta, en Estados Unidos.
Incorporó a su discurso la lucha contra el imperialismo norteamericano. Precursor de la fundación de la Organización de la Unidad Afro-Americana, un movimiento laico de tendencia socialista, que no alcanzó a concretar en vida, pues fue asesinado en 1965 en Nueva York.
En Revolución, nos apropiamos y nutrimos de su legado contra la idiosincrasia racista, hegemónica y supremacista, impuesta por el imperialismo estadounidense.
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