El 24 de mayo de 2011, Estados Unidos impuso sanciones unilaterales a siete empresas extranjeras, entre ellas la estatal venezolana Petróleos de Venezuela S.A (Pdvsa), por mantener relaciones con el sector energético de la República de Irán.
El Gobierno de la República Bolivariana rechazó las sanciones, por considerarlas violatorias del Derecho Internacional Público, y de los principios emanados en la Carta de la Organización de las Naciones Unidas.
Asimismo, deploró la actitud imperialista del gobierno estadounidense que pretende colocar sus leyes en un ámbito extraterritorial, es decir, aplicar sus leyes internas a otros Estados.
En este sentido, Pdvsa explicó que dichas sanciones siguieron una línea de acción muy agresiva, y de mucha presión sobre los países que poseen las principales reservas de petróleo.
Cabe destacar que la empresa petrolera es el instrumento por medio del cual la República garantiza el manejo de uno de sus principales recursos naturales, de interés potencial para las grandes potencias, por la necesidad de mantener su maquinaria industrial, bajo un modelo insostenible de desarrollo, que requiere un altísimo consumo de recursos naturales.
Por otra parte, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) busca defender los recursos naturales de los Estados miembros y establecer su justa valorización y comercialización.
Desde 1999, Venezuela ha ejercido un rol significativo en el panorama petrolero internacional, dado que como miembro fundador de la OPEP, ha impulsado la unión de los países petroleros, en el marco de la Plena Soberanía Petrolera, promovida por el Comandante Hugo Chávez.
De esta manera, Venezuela adquirió una cualidad política distinta, convirtiéndose en un país vanguardia en la consolidación de la unidad entre los países OPEP y la defensa de los intereses nacionales y del bloque petrolero ante las ambiciones desproporcionadas de la gran economía industrializada, especialmente la norteamericana y europea.
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