EFEMÉRIDES | Un día como hoy fue sembrado Bartolomé de las Casas

Un día como hoy, el 17 de julio de 1566, fue sembrado el fray Bartolomé de las Casas, defensor de los indios y de los negros en tierras americanas durante la época de la Conquista y Colonia española.

Llamado el Apóstol de los Indios, este fray, nacido en Sevilla, España, en 1474, de la Orden de Predicadores, licenciado en Leyes en la Universidad de Salamanca, adquirió una dimensión universal, por ser un «singular defensor de la dignidad humana», como se refiere a él una placa colocada en su tumba, en la basílica de Nuestra Señora de Atocha, en Barcelona, España.

En 1502, llegó a América con el gobernador Fray Nicolás de Ovando, en calidad de conquistador y colono, y allí tuvo una hacienda de indios. En 1507, viajó a Roma, Italia, donde tomó los hábitos religiosos. Posteriormente, regreso a América, y se consagró por completo a defender a los indios de los abusos de los colonizadores.

En 1521, intentó sin éxito organizar una colonia agraria sin siervos, ni esclavos en Cumaná, Venezuela, desde la desembocadura del río Orinoco hasta el Golfo de Maracaibo. También fue obispo de Chiapas, México, en 1545.

Combatió la esclavización de los indígenas de América en manos de los conquistadores españoles, a riesgo de su vida y de su memoria. Dedico su vida a la predicación del Evangelio y la defensa de la dignidad de los pueblos oprimidos en América, por el colonialismo.

También se destacó como el más importante historiador de la destrucción de las Indias por los invasores europeos, plasmando los horrores que contempló desde los primeros tiempos de la Conquista.

Entender en la reformación de las Indias y en todas las cosas que tocaren a la libertad, buen entendimiento y salud de las almas y cuerpos de los indios.

Sus más importantes obras son: Relación de la destrucción de las Indias e Historia de las Indias, que ponen al desnudo los abusos, horrores, la expoliación y el saqueo de la Conquista española en América y la enorme deuda histórica de Europa con las civilizaciones aborígenes.

Cuando murió, ya en su ancianidad, cuentan las crónicas que el pueblo de Madrid acudió a Atocha a rendirle el último homenaje. Entre quienes contemplaron su cadáver, revestido de una sencilla túnica pontifical de saco y con un báculo de palo, estuvo Miguel de Cervantes Saavedra.

Posteriormente, el cuerpo de Bartolóme fue trasladado a Madrid, mientras la basílica de Atocha era reformada. En 1936, durante el levantamiento de Franco contra la República, la iglesia fue incendiada y los restos del fray se perdieron.

En obra de tres meses, murieron más de siete mil niños y niñas, por ir las madres al trabajo […] como llevaban los hombres y mujeres sanos a las minas y los otros trabajos, y quedaban en los pueblos solo los viejos y enfermos, sin que persona los socorriese y remediase, allí perecían todos de angustia y enfermedad, sobre la rabiosa hambre.

Prensa Digital MippCI

Send this to a friend