El fin justifica los medios… comunitarios

Asistimos a la 1a. Muestra de Experiencias de la Comunicación Popular, evento organizado por el MINCI en conmemoración de los sucesos del 11, 12 y 13 de abril de 2002.

Cruentos días aquellos, de agonía y éxtasis, donde los escasos medios comunitarios y alternativos existentes para la época jugaron un rol preponderante en el desmontaje de la mentira y el rompimiento del cerco mediático e informativo. ¿Por qué no declaramos el 13 de abril de cada año Día del Comunicador Popular?. Los medios comunitarios y alternativos estamos a la espera de la aprobación de la Ley de comunicación popular, no entendemos el por qué de tanta dilación por parte de la Asamblea Nacional, desde Carabobo nos preguntamos ¿Dónde están las voces de nuestros diputados electos por esta región?.

Un gastado cachicamo
Sorprende e indigna la actitud de algunos personeros y funcionarios que ocupan cargos de importancia dentro del entramado burocrático del Estado, quienes al recibir un ejemplar del medio impreso comunitario, en un acto reflejo rebuscan en su bolsillo un billete de Bs. 2,00, y con suerte consiguen que «generosamente» nos otorgan sin esperar el cambio. En lo particular no recibo esa clase de limosnas, pues aunque no es su obligación apoyar a los medios comunitarios de la revolución, de seguro su «gestión» es publicitada y muy bien pagada en las páginas de la prensa de la burguesía, llámese Notitarde, El Carabobeño o cualquier otra basura mediática de la Cadena Capriles.

Ni dueños ni amos
La comunicación popular comunitaria y alternativa no tiene dueños ni amos, es la expresión genuina de las comunidades organizadas, es voz de los excluidos, de los silenciados por la gran prensa, debe ser autónoma e independiente de cualquier grupo de poder, político, económico, religioso o de cualquier tipo.

Debe abrirse paso por entre las «redes» de oportunistas sectarios, que solo buscan el lucro individual y el «diez por ciento» de las pautas publicitarias, quienes cumplen sus promesas de apoyo tal y como cumplió Obama con
Guantánamo. Deben nuestros medios generar los mecanismos propios de autogestión y sustentabilidad, sin renunciar al apoyo institucional, pero al mismo tiempo sin que el apoyo del ente público signifique hipotecar la conciencia al mejor postor, anulando la crítica y autocrítica propia del modelo comunicacional socialista liberador. Me despido con el grito de paz de Julián Conrado: ¡AMANDO VENCEREMOS

Ismael Noé V.

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