EFEMÉRIDES | Un día como hoy nace el poeta venezolano Andrés Eloy Blanco

Este 6 de agosto se conmemoran 122 años del nacimiento de Andrés Eloy Blanco, insigne político, abogado, luchador social, poeta y humorista venezolano del siglo XX.

Blanco es autor de los poemas Coloquio bajo la palma, un canto a la superación, el trabajo y el estudio en busca de las luces libertarias, Palabreo de la loca Luz Caraballo, y su famoso Píntame Angelitos Negros, que trascendió fronteras como los versos más sentidos en contra de la discriminación racial.

Andrés Eloy Blanco Meaño, nació en Cumaná, estado Sucre, el 6 de agosto de 1896. Sus padres fueron Luis Felipe Blanco y Dolores Meaño.

Transcurrió su infancia en la isla de Margarita, hasta que se trasladó a Caracas en 1908, con la finalidad de estudiar en el Colegio Nacional, regentado en ese entonces por Luis Ezpelosín. Para el año de 1913, figuró como miembro del Círculo de Bellas Artes, por lo que desde muy joven se destacó por participar en reuniones de intelectuales y sociedades artísticas en Caracas.

Estudió Derecho en la Universidad Central de Venezuela. Su espíritu contestatario le llevó a participar, en 1918, en las manifestaciones contra Juan Vicente Gómez, y fue encarcelado. Ese mismo año ganó un premio por el poema Canto a la Espiga y al Arado, y publicó El huerto de la epopeya.

Fue además ensayista y dramaturgo. Su consagración definitiva la logró cuando ganó el Concurso Hispanoamericano de Poesía auspiciado por la Real Academia Española, en 1922.

En 1923, su poema Canto a España le hizo merecedor del Primer Premio en España, que le permitió viajar a Europa y familiarizarse con las vanguardias.

En 1924, fue nombrado Miembro de la Real Academia de Sevilla de Buenas Letras. Viajó a La Habana, Cuba, para reunirse con exiliados cubanos y venezolanos.

En 1928, editó el periódico clandestino “El Imparcial”; tras la revuelta del 7 de abril fue encarcelado y confinado al Castillo de San Felipe, en Puerto Cabello, Carabobo, hasta 1932, allí escribió Barco de Piedra. En 1934, publicó Poda, una colección en la que destacan los poemas Las uvas del tiempo y La Renuncia.

A partir de 1936, el presidente Eleazar López Contreras lo nombró en varios cargos de gabinete, los cuales ejerció poco tiempo dadas sus continuas desavenencias con el Gobierno.

A principios de 1940, su Partido Democrático Nacional, se adhirió a Acción Democrática. En 1946, presidió la Asamblea Nacional Constituyente, que instauró el voto universal, directo y secreto.

En 1947, apoyó la campaña presidencial de Rómulo Gallegos, pero tras ser derrocado, en noviembre de 1948, Blanco se exilió en México. En el país azteca dedicó su tiempo a la escritura hasta su trágica muerte, ocurrida el 21 de mayo de 1955, en Ciudad de México.

Píntame angelitos negros (Poema)

¡Ah mundo! La negra Juana,

¡la mano que le pasó!

Se le murió su negrito,

sí, señor.

—Ay, compadrito del alma,

¡Tan sano que estaba el negro!

Yo no le acataba el pliegue,

yo no le miraba el hueso;

como yo me enflaquecía,

lo medía con mi cuerpo,

se me iba poniendo flaco

como yo me iba poniendo.

se me murió mi negrito;

dios lo tendría dispuesto;

ya lo tendrá colocao

como angelito de Cielo.

—Desengáñese, comadre,

que no hay angelitos negros.

Pintor de santos de alcoba,

pintor sin tierra en el pecho,

que cuando pintas tus santos

no te acuerdas de tu pueblo,

que cuando pintas tus Vírgenes

pintas angelitos bellos,

pero nunca te acordaste

de pintar un ángel negro.

Pintor nacido en mi tierra,

con el pincel extranjero,

pintor que sigues el rumbo

de tantos pintores viejos,

aunque la Virgen sea blanca,

píntame angelitos negros.

¿No hay un pintor que pintara

angelitos de mi pueblo?

Yo quiero angelitos blancos

con angelitos morenos.

Ángel de buena familia

no basta para mi cielo.

Si queda un pintor de santos,

si queda un pintor de cielos,

que haga el cielo de mi tierra,

con los tonos de mi pueblo,

con su ángel de perla fina,

con su ángel de medio pelo,

con sus ángeles catires,

con sus ángeles morenos,

con sus angelitos blancos,

con sus angelitos indios,

con sus angelitos negro,

que vayan comiendo mango

por las barriadas del cielo.

Prensa Digital MippCI/Agencias

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