Revolución Bolivariana labró hace dos años su triunfo electoral del 7-O

Casi 20 puntos en evaluación positiva de gestión creció desde 2010 al presente el Gobierno del presidente venezolano, Hugo Chávez Frías.

Previo a las parlamentarias del 26 de septiembre de ese año, 46% de los ciudadanos estimaba que el Gobierno del Mandatario socialista era bueno, de acuerdo con los datos de la encuestadora Hinterlaces. Se trata de casi el mismo porcentaje que obtuvieron las fuerzas revolucionarias en el llamado voto lista de esos comicios.

Dos años después, justo antes de las presidenciales del 7 de octubre, en las que el jefe de Estado obtuvo la victoria con 55,25% de los votos para gobernar durante seis años más, esa evaluación positiva de gestión estaba en 64%.

«A partir de las parlamentarias hubo un cambio en la estrategia de la Revolución Bolivariana. Hubo mayor atención a problemas nacionales, el lanzamiento de las grandes misiones, se acentuó la dimensión religiosa del liderazgo de Chávez, se redujo el exceso ideológico en el discurso presidencial. Todo eso le permitió subir 20 puntos en dos años en calificación positiva de gestión», explicó este martes el presidente de Hinterlaces, Oscar Schémel, durante un foro de análisis de los resultados electorales del 7-O.

Y añadió: «El oficialismo se preparó para ganar las presidenciales dos años antes. Esa es una diferencia con la oposición. El oficialismo trabaja con tiempo. Permanentemente está trabajando en el terreno simbólico. La oposición sólo trabaja en el plano electoral».

Al examinar las campañas presidenciales de Chávez y de su contendor más cercano, Henrique Capriles Radonski, Schémel destacó que fue muy acertado el carácter afectivo y emocional de la estrategia del candidato socialista, al que luego se agregaron, a partir del 1º de julio con el inicio formal de la campaña, «soportes racionales a la intención de voto».

Esto se tradujo, sostuvo, en la promoción de los logros de la revolución, promesas de rectificación y eficiencia, y se pasó a una confrontación de ideas con la acusación de que el opositor tenía un paquete de medidas neoliberales oculto.

Mientras, la campaña de Capriles tuvo serias deficiencias en su discurso, con ideas, conceptos y visiones ambiguos. Se limitó a reivindicar el modelo de inclusión, que es en realidad una creación de Chávez, y le agregó la promesa de hacerlo más eficiente.

«A la candidatura de Capriles le hizo falta un discurso trascendente, moral, emocional, una visión que entusiasme, persuada, movilice», dijo Schémel.

En cambio, del otro lado, la propuesta socialista ha entendido la dimensión emocional de los sectores populares. «Los pobres necesitan certezas espirituales, clasistas, existenciales, que tienen que ver con su reivindicación, su reconocimiento como seres humanos y ciudadanos. No es casual que el símbolo electoral del presidente Chávez haya sido un corazón y que su discurso se parezca más a una declaración de amor que a una propuesta ideológica», explicó.

Al mismo tiempo, 14 años de Revolución Bolivariana han configurado una nueva cultura política. «Hay un proceso de maduración social y de construcción ciudadana en Venezuela, de reafirmación de valores democráticos. Hay un involucramiento colectivo en la agenda pública. La política hoy es un hecho cotidiano, permanente», dijo el analista.

En este escenario, señaló Schémel, no funcionan las recetas del marketing electoral tradicional que marcaron la campaña Caprilista.

Destacó, además, que los programas sociales del Gobierno tienen un significado moral, afectivo, en conjunto con el liderazgo religioso del Mandatario.

«La carga emocional aleja el peligro de que la relación sea sólo clientelar y utilitaria. Le agrega significados morales, subjetivos, que son muy poderosos y sellan una relación definitiva entre los sectores populares beneficiados y el Presidente. Una relación de lealtad, agradecimiento y amor», agregó.

Schémel sostuvo que la oposición carece de discurso, de símbolos, de visión. «El discurso es una fortaleza del oficialismo, que sí tiene un discurso, colores, símbolos, narrativa, gramática propia», añadió.

 

AVN

Send this to a friend