Maduro: Golpes y agresiones no podrán doblegar la voluntad de movimientos progresistas

A una década del golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya, en Honduras, el Jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, calificó el hecho como una agresión del imperio gringo contra los gobiernos progresistas del continente.

En este contexto, aseguró que los golpes y las agresiones no podrán doblegar la voluntad de lucha de los movimientos progresistas de la Patria Grande.

José Manuel Zelaya llegó a la presidencia en enero de 2006 desde el Partido Liberal, que con el tiempo se inclinó por la tendencia de izquierda.

Bajo su mandato se decretó el otorgamiento de tierras a campesinos, aprobó un aumento del 64% al salario mínimo e impulsó, en 2008, el ingreso de Honduras a Petrocaribe y a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

A mediados de 2009, propuso una consulta popular para decidir la colocación de una cuarta urna en las elecciones previstas para noviembre. Esa cuarta urna permitiría votar a favor o en contra de la instalación de una Asamblea Constituyente.

El detonante

El plebiscito, previsto para el 28 de junio, fue el detonante que puso en marcha la conspiración. En la madrugada de aquel domingo, Zelaya era secuestrado por los militares, trasladado en pijama al aeropuerto Toncontín y despachado a Costa Rica.

El golpe, apoyado por los poderes Legislativo y Judicial, se había cocinado en la base militar estadounidense de Palmerola (70 km al norte de Tegucigalpa), base instalada en los años 80 como plataforma de ataque contra el gobierno sandinista de Nicaragua y los movimientos revolucionarios centroamericanos.

Asumía el Gobierno de facto Roberto Micheletti, hasta ese momento presidente del Congreso. Como contraparte, florecía un inédito proceso de movilización popular que daba nacimiento al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), la mayor fuerza social y política de la historia hondureña reciente.

Brotaba también una despiadada política de persecución y represión contra “La Resistencia”, que no se detuvo bajo la presidencia de Porfirio Lobo -surgida de las cuestionadas elecciones de noviembre de ese año que contaron con una abstención cercana al 70%-, ni en el período gobernado por Juan Orlando Hernández.

Prensa Digital MippCI

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