El pueblo venezolano confió en Chávez desde el primer momento

 

 

 

Palacio de Miraflores, Caracas El pueblo venezolano no dudó que el país debía tener un mejor rumbo, desde aquel 4 de febrero de 1992, cuando el comandante Hugo Chávez asumió la responsabilidad de la rebelión militar y dijo aquel «por ahora».

Así lo aseguró el presidente encargado, Nicolás Maduro Moros, quien recordó este lunes ante las cámaras de la Televisión del Sur (Telesur) sus anécdotas y recorridos al lado del gigante revolucionario que dio un giro a la historia de Venezuela.

Hugo Chávez fue postulado por el Movimiento Bolivariano Revolucionario a la Presidencia de la República, por primera vez, el 20 de abril de 1997, según detalló Maduro, y desde ese instante comenzó a crecer un huracán que dio como resultado la inminente victoria del «comandante de acero» en 1998.

A partir de la salida de Hugo Chávez de la cárcel de Yare, el 26 de marzo de 1994, «no recuerdo un día en que yo no haya estado con él –dijo–, haciendo algo por él, estudiando por él y trabajando con él, que es estudiar y trabajar por la Patria».

En aquel momento se establecieron redes de comunicación por distintas vías con los hermanos del comandante, Adán Chávez y Argenis Chávez: «Eran los enlaces permanentes con el movimiento bolivariano y con el comandante Chávez», en los vagones y estructuras del Metro de Caracas, para evitar el seguimiento policial, comentó.

Maduro conoció físicamente al comandante Chávez el 16 de diciembre de 1993,  ya había ganado las elecciones el doctor Rafael Caldera y se escuchaban vientos de calle para Chávez, «porque era un clamor popular gigantesco».

«Chávez me decía “Verde”, ese era mi seudónimo», dijo, además de haberle encomendado una serie de tareas, entre ellas contactar y llevarle notas de aliento a oficiales, tenientes, capitanes y mayores que estaban activos todavía, para ratificarles que les iba cumplir y articularlos con los movimientos sindicales y democráticos.

El Presidente encargado relató que el líder revolucionario era como «un ser de luz, de mucha inteligencia, de sabiduría tremenda», con una experiencia que le permitió tener la capacidad «para detallar, para leer la vida más allá de los eventos normales y de la normalidad que puede llevar la vida de otro ser humano».

Hoy Nicolás Maduro, tras tener el privilegio de haber compartido y aprendido del comandante Hugo Chávez, tiene el reto de continuar la obra y llevar al pueblo venezolano al punto de no retorno en las sendas del socialismo, «una tarea nada fácil y en la cual pedimos a Dios que nos dé mucha fuerza para cumplirla».

Por: Bianca Borrero

 

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