Obama acentuó el espionaje por todos los medios

Edward Snowden, un ingeniero informático estadounidense de 29 años, es la persona que filtró la semana pasada los documentos que prueban cómo el Gobierno de Estados Unidos (EEUU) espía a través de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA) a millones de ciudadanos interceptando sus llamadas telefónicas y accediendo a sus datos personales a través de los servidores de grandes empresas como Microsoft, Apple, Yahoo, Facebook, YouTube o Skype, reseñó Público.

El joven decidió revelar su identidad ayer en una entrevista con el diario británico The Guardian, que publicó la exclusiva la semana pasada junto al The Washington Post. Dice tener miedo más que por lo que le pueda pasar a él, por lo que a partir de ahora le suceda a su entorno.

“Lo único que temo es el efecto negativo que esto pueda tener sobre mi familia, a quienes ya no voy a poder ayudar. Eso es lo que me desvela por las noches”, dijo Snowden, quien quiso dejar claro que “lo que quiero es que toda la atención se concentre en los documentos y en el debate que espero que provoque en la ciudadanía y en todo el globo sobre el tipo de mundo en el que quieren vivir”.

“Estoy dispuesto a sacrificar todo esto porque no puedo (…) permitir al Gobierno de Estados Unidos que destruya la vida privada, la libertad de Internet y las libertades fundamentales de todo el mundo con este enorme sistema de monitoreo que se está llevado a cabo secretamente”, dijo.

Snowden está en Hong Kong, a donde se trasladó después de dejar su trabajo como consultor de la NSA en Hawai y tras haber recolectado toda la información que ha sido publicada. “Tienen un especial compromiso en proteger la libertad de expresión y el derecho a la disidencia política”, dijo a The Guardian, para explicar el porqué de lo que hizo. Sabe que a partir de ahora las cosas se complicarán porque lo siguiente será que EEUU le acuse de alta traición, un caso similar y un procedimiento similar al que le está siendo aplicado a Bradley Manning.

Snowden trabajó cuatro años para la NSA y ha sido consultor de varias agencias adjudicatarias de contratos de defensa. La última en la que estuvo, Booz Allen Hamilton, es de la que sacó toda la información. En 2003 se alistó en el Ejército de EEUU y comenzó el adiestramiento para entrar en las fuerzas especiales. Quería combatir en Irak porque “sentía que tenía la obligación como ser humano de ayudar a liberar a la gente de la opresión”. Aunque ese sentimiento le duró poco: “La única motivación de mucha de la gente que entrenaba conmigo era matar árabes, no ayudar a nadie”, asegura. Según explicó a The Guardian, tuvo una lesión durante el entrenamiento y dejó la carrera militar.

A partir de ahí se adentró en el mundo del espionaje. Primero, trabajando como guardia de seguridad en una de las instalaciones de la NSA en la Universidad de Maryland. Después, en la CIA, en seguridad informática. Cuatro años después fue enviado a Ginebra con pasaporte diplomático.

“La mayor parte de lo que vi en Ginebra sobre cómo funciona mi Gobierno y el impacto que tiene en todo el mundo me desilusionó (…). Me di cuenta de que estaba formando parte de algo que hace más daño que bien”, asegura, después de poner un ejemplo de cómo la CIA forzó a un banquero a trabajar para proporcionarles datos secretos.

Según los documentos filtrados por Snowden, la NSA comenzó a utilizar en los últimos años de la administración Bush -y continuó con la de Obama- el programa PRISM, cuyo objetivo es recabar información a través del tráfico internacional -y estadounidense- que pasa por los servidores de Microsoft, Apple, Yahoo, Facebook, YouTube o Skype en forma de correos electrónicos, fotografías, audios y videos.

Snowden dijo que esperaba que con Obama las cosas cambiaran. Pero eso no sucedió y, de hecho, dice que empeoró.

Agregó que el objetivo del gobierno norteamericano es perseguir el terrorismo internacional, pero eso implica dejar al descubierto toda la información personal de cualquiera en el mundo. “El Gobierno se ha garantizado un poder que no le pertenece. No hay ningún tipo de vigilancia por parte de los ciudadanos. El resultado es que gente como yo -es decir, agentes de espionaje- tiene la posibilidad de ir más lejos de lo que le permite la ley”, asegura.

Hasta el momento no queda claro si las compañías participaban voluntariamente en el PRISM, permitiendo el acceso del Gobierno de EEUU a sus servidores, aunque en The Washington Post la semana pasada dudaban que la CIA hubiera entrado en ellos sin contar con su beneplácito. Y para que no quede duda, el director nacional de Inteligencia de EEUU, James Clapper, indicó en un comunicado que el espionaje denunciado por varios medios se realiza con el “conocimiento” de las empresas de Internet implicadas.

Lo develado sobre el masivo programa de ciberespionaje inculpa también a Londres pues, según el periódico británico, el centro de escuchas de los servicios secretos del Reino Unido usa desde 2010 el programa secreto estadounidense, PRISM, para recolectar información privada de los principales servidores de internet.

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Agencia estadounidense hace grabaciones masivas

Las siglas NSA son bastante conocidas pero, en general, esta agencia de inteligencia es un misterio. Pero para conocer el sistema PRISM, hay que saber qué es la NSA y algunos de sus inquietantes proyectos.

La Agencia de Seguridad Nacional, o NSA, es una agencia de inteligencia adscrita al Departamento de Defensa y fundada por el presidente Harry Truman, con el objetivo de interceptar las comunicaciones de otros países y asegurar las comunicaciones del Gobierno de Estados Unidos, tanto internas como con sus aliados.

Creada en plena Guerra Fría (su documento fundacional fue secreto durante muchos años), algunos incidentes -como los del USS Liberty y el USS Pueblo- revelaron la existencia de esta agencia dependiente del Departamento de Defensa. La desclasificación de documentos y el intento de control por parte del Congreso arrojó luz sobre sus actividades.

El número de empleados es información clasificada, su presupuesto anual es clasificado y sus ubicaciones, además de la sede central de Fort Meade o unas instalaciones en Texas (el Centro Criptológico en San Antonio), son también grandes desconocidos (se dice que tienen estaciones en bases estadounidenses desplegadas por todo el mundo y en las de sus aliados).

Para la interceptación de las comunicaciones la NSA, entre otros proyectos, desarrolla el Terrorist Surveillance Program (Programa de Vigilancia de Terroristas). Nombre oficial del programa de vigilancia de la agencia que forma parte del proyecto global de vigilancia que dibujaría el gabinete de George Bush tras los atentados del 11-S de 2001. Sin mandatos judiciales, teóricamente la NSA solamente vigilaría conversaciones de sospechosos con algún interlocutor extranjero pero, al final, parece que el programa se terminó convirtiendo en una “grabadora masiva” de conversaciones de todos los ciudadanos con la intromisión en las redes de AT&T, Verizon y Bell South y, ahora, con PRISM también en los players de la red como Google o Facebook.

El objetivo del PRISM es recabar información a través del tráfico internacional –aunque también estadounidense– que pasa por los servidores de estas compañías en correos electrónicos, fotografías, audios y videos para seguir la pista a un objetivo extranjero o nacional de interés para la Inteligencia.

Hasta la aprobación del PRISM, el Gobierno tenía que demostrar la conexión entre un “objetivo” y una “instalación” a las redes terroristas o de espionaje para acceder a la información contenida en esta “instalación”. Ya no es así.

CIUDAD CCS

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