Sur o no ser presenta en las tablas una reflexión sobre los ideales latinoamericanos

Una reflexión acerca del ideal latinoamericano, la historia de amor de una pareja y una introspección del olvido y la memoria es lo que muestra en escena la pieza Sur o no ser, original de José España y que presentará sus últimas cuatro funciones desde mañana y hasta el domingo 16 de junio en la Sala Experimental del Celarg.

Se trata del más reciente montaje de la agrupación Teatro Nueva Era y en el que los diálogos de cada uno de los personajes invitan a pensar en lo que a lo largo de la historia ha identificado al pueblo latinoamericano: fechas, nombres, frases y fragmentos de obras literarias se unen para hacer referencia al continente.

Todo esto en una escenografía sencilla con unas telas, algunas fotos del escritor Julio Cortázar y hojas con textos impresos que cuelgan de una especie de tendedero, un poco de arena en el piso y tres puntos con objetos que identifican a cada uno de los tres personajes y que, permiten al público según el lugar de la sala en el que aprecien la pieza, tener una visión distinta.

La obra es dirigida por Jennifer Gásperi y el elenco de actores está conformado por José España (Matías), Carlos Pérez (Ernesto), Indira Saturno (Alicia), acompañados en la escena por los bailarines Jonathan Collet y María Landaeta.

En conversación con el Correo del Orinoco, la directora del montaje Jennifer Gásperi detalló que esta era una pieza que la agrupación quería estrenar desde hace algún tiempo. Sin embargo, lo lograron dos años después de ser escrita.

“La idea surge para retomar un poco lo que somos, ver hacia dentro de nosotros, hacia dentro del continente y queremos que así sea: es una historia del olvido, de la memoria, de la historia en sí misma para hablar de lo que somos”, explicó.

Sur o No Ser

El dramaturgo y actor de la obra, José España detalló que el nombre de la pieza recuerda a la célebre frase de Hamlet “ser o no ser”, pero para “hacerla más de nosotros”, cambió una letra para así, hablar del sur del continente.

“Cuando escribí Sur o no ser quería tener la excusa perfecta para hacer una historia de amor que no fuese como las que nos venden los medios de afuera que hacen un concepto prefabricado y a partir de allí me uní con Jennifer (Gásperi) para retomar el tema de la región”, explicó.

España acotó que decidió unir ambos temas “para no hacer solo una obra de amor, desamor y olvido, sino una obra que englobara todo: el ideal de la región, el concepto del amor y cómo eso se mezcla para bien o para mal”.

Detalló que por ello construyó el personaje de Alicia para representar el amor y el de Ernesto para representar el ideal político y social: “Ellos aparecen en la mente del escritor que es Matías”.

El autor confesó que para lograr esto en ocasiones, mientras escribía la obra, se imaginaba en el escenario “para dar la sensación de que era Matías quien escribía la pieza y no José España”.

Reencuentro con las raíces

Para Carlos Pérez (Ernesto) la construcción del personaje ha sido un reencuentro con las situaciones que vive a diario. “El guión me conmovió muchísimo, porque creo que conjuga las dos cosas que mueven a los seres humanos en el amor: al amor a una mujer y el amor a los ideales”, expresó.

Indira Saturno destacó que la construcción del personaje de Alicia fue complejo porque se trata de una mujer intelectual con una personalidad muy fuerte y sensible al mismo tiempo. “Me encanta interpretarla porque me ha permitido encontrarme con lo que somos, con nuestra raíces”.

Saturno destacó que participar en la obra también le ha permitido un crecimiento personal en cuanto a la identidad latinoamericana. “Yo desconocía muchas cosas y para participar en la obra y construir el personaje de Alicia tuve que investigar y fue un choque porque yo compartía una idea de lo que somos y de lo que hemos vivido como región, que ahora pienso que era errada”.

María Landaeta y Jonathan Collet no pronuncian ni una palabra en la pieza, pues deben transmitir el poder de sus personajes con el cuerpo. Aseguraron que este fue uno de los retos más grandes y destacaron el significado que tiene la historia en el tema de la identidad

Con el Público

Al entrar a la sala, a varias de las personas del público les colocan una venda en los ojos y los llevan directamente al escenario con los personajes y tienen la oportunidad de formar parte de la obra por algunos minutos.

“Queríamos hablar de lo que somos y no hay mejor manera de lograrlo que hacer que el público lo transite un poco por la historia”, explicó Gásperi.

Destacó que esto permite a las y los espectadores “vivir lo que nosotros estamos mostrando” y además rompe con la tradicional separación en el teatro entre el actor y el espectador.

Del y para el Sur

Gásperi informó que aunque todavía no tienen previsto una segunda temporada de la pieza en Venezuela, tienen previsto en los próximos meses llevarla a la ciudad de Buenos Aires, en Argentina.

“Vamos a aprovechar que la pieza habla de nosotros como latinoamericanos para llevarla a este país y también mostrar otro lado de lo que somos los venezolanos con esta pieza”, señaló.

Destacar el Continente

Gásperi señaló que para la agrupación, fundada en 1989 por Romano Rodríguez, su principal objetivo es convertirse en un referente del teatro latinoamericano.

“Lo queremos hacer a partir de un teatro que le permita al espectador verse reflejado en lo que está viendo y que le permita hacer algo al respeto y no se quede solo con lo que recibe de nosotros”, explicó.

Gásperi agregó que la idea de Teatro Nueva Era con sus montajes es lograr que quienes vean las obras también se pregunten “¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿conozco la región?” para que se conozcan a sí mismos.

Tributo a Cortázar

En la obra, hay constantes referencias al escritor Julio Cortázar: fotos, el momento en el que Matías declama una parte del capítulo 7 de Rayuela o el momento en el que Alicia dibuja con sus dedos el juego en la arena.

El escritor de la pieza señaló que con esos detalles, quiso rendir tributo al recordado autor: “Era un sueño mio hacerle un pequeño homenaje a Cortázar, porque me parece que si bien Rayuela habla mucho de París, él rescató muchas cosas de los latinoamericanos”.

Correo del Orinoco

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