Hugo Chávez fue un guerrero en toda la extensión del término. De sus 58 años de vida batalló por lo menos cuarenta, cincelando no sólo su personalidad sino dando vida a su ideario político, aquél que le permitió parir el proyecto bolivariano desde los espacios de la Academia Militar. Muchos pensaron que los sueños del joven cadete se quedarían en la inmanencia de lo posible. Más no, su coraje lo hizo tallar más aún aquellas ideas, hasta darles concreción.
Para que los anhelos cristalicen se requiere del empuje, fortaleza y talante, de unos rasgos de personalidad muy específicos como los que proyectaba el Comandante. La mayoría creyó que el desconocido que pronunció el “Por Ahora”, aquel 4 de febrero de 1992, así como su rostro bañó las pantallas ese día, una vez recluido –como dijeron sus captores, que le dieron escasamente tres minutos para dirigirse a sus tropas- desaparecería por siempre.
La historia apenas comenzaba. Los jerarcas del régimen pensaron: hombre preso, figura muerta. Sin medios de comunicación, sin propaganda ni mención alguna, su nombre se difuminaría. En dos años de reclusión, la cárcel de Yare se convirtió en un sitio de peregrinaje, de estudio y reflexión permanente. El “boom Chávez”; luego, “la era Chávez”, dio su inicio. En 1994, cuando son liberados los hombres del 4F, Hugo Chávez sabía muy bien cuál era su camino y que periplo llevarían sus pasos.
¿Por qué Chávez es un extraordinario comunicador?
Hugo Chávez plenó todos los espacios de la vida pública. Manejaba con destreza el don de la palabra. Lector apasionado, abrevaba en la historia, la política, la filosofía, la economía, la literatura. Ninguna materia le era ajena: la música, el canto, la declamación. En su impenitente nocturnidad, ¡cómo leía!, ¡cómo aprendía! Y luego, ¡cómo transmitía! No todo buen lector sabe transmitir. El Presidente Chávez, siempre reforzaba sus planteamientos con una carga de saber.
La cátedra del “Aló Presidente”
La propuesta del espacio radial con ese nombre y con el apoyo del equipo de periodistas de prensa presidencial, bajo la guía de Teresita Maniglia, dio sus primeros pininos en Radio Nacional de Venezuela en mayo de 1999. Al año justo pasó a ser un programa televisivo, con todos los retos de un espacio que no tenía límite de tiempo y que abarcaba un conjunto de materias nacionales e internacionales, de suyo complejas, pero que debían ser transmitidas al pueblo de la manera más sencilla y digerible, bajo la batuta de un conductor estrella: el Presidente de la República.
A futuro se escribirán investigaciones de análisis sobre el fenómeno mediático del “Aló Presidente”. La relevancia de los 378 programas hechos: la pedagogía del discurso político, los temas que se abordaron, el significado comunicacional para la construcción del proyecto bolivariano y el socialismo del siglo XXI; la dimensión del macro tema de la integración y la solidaridad latinoamericana y caribeña. El “Aló Presidente” fue itinerante en el país y se transmitió desde otras naciones, como República Dominicana, Bolivia, Brasil, Argentina y Cuba.
Sagacidad política
Un estadista y excelente comunicador como lo fue Hugo Chávez tiene que ser sagaz y astuto. Dos atributos de la personalidad del Comandante que lo perfilan para convertir derrotas en victorias. En junio de 2004, el Presidente construye el escenario de la Batalla de Santa Inés para enfrentar el referendo revocatorio que ganó en agosto de ese año con 59% de los sufragios. La historia nos permitirá calibrar al Chávez visionario que dejó un gran legado no sólo a su nación, sino a Latinoamérica toda y al Caribe.
Por Asalia Venegas S / Ciudad CCS
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