Cuando una persona se convierte en valuarte cultural creando a través de su sabiduría, experiencia y esmero un inefable sentido de pertenencia y tradición, ni el tiempo puede menguar su historia.
Belén María Palacios es uno de estos personajes cuya vida ha sido inmortalizada en el documental de la directora venezolana Adriana Vila, quien construye con su historia un instrumento que pretende generar niveles de conciencia sobre lo autóctono y lo tradicional.
A Vila la motivó la necesidad de compartir con el mundo la importante labor de este personaje y su hacer cultural. “Su historia no es solo la de una mujer cacaotera de un pueblito de Tapipa, ella había transformado la vida a muchísima gente”, comentó ayer la cineasta en una rueda de prensa .
A raíz de una investigación antropográfica que realizó en 2008, año en el que compartió experiencias con Palacios y su entorno, se despertó en Vila el interés por dar a conocer la vida de la barloventeña; sin embargo, fue después de su muerte que se planteó la realización de este proyecto documental.
Esta cinta construye un puente emocional entre las historias que cuentan los personajes cuyas vidas fueron transformadas por Palacios, y el espectador percibe a través de la propuesta artística de Vila la vinculación entre la cultura afrovenezolana y la afroamericana.
La directora rompe los cánones tradicionales del documental al presentar un hilo narrativo menos lineal que termina convirtiéndose en un rompecabeza donde el sonido juega un papel primordial en la conducción de la historia, cumpliendo la visión de la directora en su búsqueda de nuevas formas de presentar este género.
Se desarrolla principalmente en el pueblo de Tapipa, Barlovento, estado Miranda, donde Palacios nació y sembró un importante legado musical siendo la principal representante del ritmo del quitiplás, instrumento que además construía con una innovadora tradición y que tocaba junto al grupo femenino Eleguá.
La película recopila experiencias de personas cuyas vidas fueron transformadas por Belén Palacios, alternando material audiovisual de archivo de sus presentaciones internacionales con las tomas pensadas para el documental, generando un contexto de la trayectoria de la reina del quitiplás.
Esta pieza se presenta como un estandarte femenino que mezcla las raíces africanas en una historia llena de arraigo y podrá ser disfrutada a partir del 14 de octubre en las salas de cine nacional.
Prensa MippCI con información de Ccs
