Adriano González León: el hombre que daba vida a la imaginación y a la palabra

El talento de Adriano González León para las letras se hizo notorio entre los escritores venezolanos y de la región en el año 1954, cuando ganó el segundo lugar del concurso de cuentos del periódico El Nacional con En el lago, obra incluida en su primer libro de cuentos titulado Las hogueras más altas, en el que también figuraban otros textos tales como Los invisibles fuegos, El enviado, y Las voces lejanas.

Pero Las hogueras más altas y otros trabajos literarios de González León, el más destacado su novela País portátil, trajo además de la consolidación de un público lector y el galardón otorgado por El Nacional, una nueva recompensa: el recibimiento del Premio Municipal de la Prosa por parte del Consejo Nacional de Cultura (Conac) —hoy día Ministerio del Poder Popular para la Cultura— que hizo de su nombre una referencia de las letras tal como lo eran Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.

«El joven intelectual trujillano, colaborador del periódico El Nacional se hizo acreedor del reconocimiento del jurado por su obra literaria del año. El premio consiste en treinta mil bolívares en efectivo más diploma y medalla» reseñó una nota de prensa publicada en 1979, en la que se calificaba a este premio como «el máximo galardón concedido anualmente en el país en el campo de la literatura».

Este reconocimiento hizo que González León ingresara de un momento a otro en la lista de escritores más destacados de la región, aquellos que dieron inicio al «boom latinoamericano» y que sirvieron de inspiración a los jóvenes interesados en navegar por el mundo de la literatura y también del periodismo.

Para el escritor, que nació en Valera, estado Trujillo, en noviembre de 1931 y se trasladó a Caracas siendo un adolescente para culminar sus estudios de bachillerato en el Liceo Fermín Toro, la palabra representaba en sí misma un contenido, una anécdota, un vehículo por el cual viajaban un conjunto de emociones, paisajes, historias, miles de historias que podían ser narradas siempre y cuando se contara con un ingrediente indispensable: la imaginación.

«La literatura es un enfrentamiento con la nada. Nombrar rompe el silencio, disuelve las tinieblas, realiza el milagro del ser. Por la palabra el universo se hace tenue, cobra orden, disuelve sus asperezas, es habitable y reconocible. Todavía estamos descubriendo si esas piedras y esos árboles registrados por la emoción son primero que los sobresaltos del alma o si son los sobresaltos del alma los que se han encargado de otorgar su verdad a las piedras», escribía González en el texto Los escritores no tenemos más armas que la imaginación y en ella confiamos, publicado el 28 de julio de 1979, en El Nacional, diario para el cual colaboraba, como también colaboró en otras publicaciones tales como En letra roja, el grupo Sardio y también El techo de la ballena, una revista cuya editorial se mostraba a favor de la izquierda revolucionaria.

Fue allí entonces, motivado por lo vivido en salas de redacción donde la pluma representaba un medio para alzar la voz contra gobiernos represivos, cuando González León comenzó a realizar un trabajo literario capaz de describir las situaciones por las cuales atravesaba el pueblo venezolano y los pueblos de la región, quienes padecían a merced del gomecismo y el puntofijismo. Lo hizo en sus obras Hombres que daban sed (1967) donde planteaba un escenario lleno de frustración a través de personas desafortunados y País portátil, donde narró las penurias de una familia marginada de apellido Barazarte.

Toda la energía que imprimió en su trabajo creador fue reconocida con premios de gran importancia, entre los que destacan el Premio Internacional de Novela en 1968 y el Premio Internacional de Literatura, 10 años después.

Adriano González León falleció en Caracas el 12 de enero de 2008 víctima de un ataque al corazón. Otras obras tales como De ramas y secretos (1980), Solosolo (1985) y Viento blanco (2001) se suman a su creación literaria, siendo una de las más premiadas y valoradas de la literatura venezolana.

AVN

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