Ajuste de Caldera disparó precios de los alimentos

En más de 110 por ciento aumentó la Canasta Alimentaria Normativa durante 1996 con la entrada en vigencia de las medidas de liberación de precios contenidas en la llamada Agenda Venezuela, durante el gobierno del socialcristiano Rafael Caldera, según la serie de datos registrada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

La Agenda Venezuela fue el nombre que recibió el conjunto de medidas de política económica que impulsó el entonces ministro de planificación, Teodoro Petkoff, en el marco de la tendencia de liberación de la economía que se impuso en América Latina en los años 90, bajo la dirección del FMI.

LIBERTAD DE PRECIOS

Una premisa de los programas de ajuste económico de carácter neoliberal es la libertad de la economía. Esto es simplemente dejar que sea el mercado el que fije los precios de bienes y servicios.

Esa premisa marcaba la Agenda Venezuela, la cual era además una reedición mejorada y matizada del paquete CAP en 1989.

En el documento oficial de la MUD, Lineamientos para el Programa de Gobierno de Unidad Nacional, firmado por los precandidatos opositores el 23 de enero de este año, se establece claramente la necesidad de liberar los precios,

En el punto 379 se define con nitidez que “no corresponde al Estado (…) fijar los precios” a los bienes y servicios.

Y más adelante, a partir del punto 414 se inicia todo un capítulo, titulado “Reconocer la propiedad privada y flexibilizar controles de precios”, para justificar la ausencia de intervención del Estado en la materia.

Pese a que durante el gobierno bolivariano sólo se han controlado los precios de unos pocos bienes y servicios esenciales, el documento se refiere a una supuesta regulación rígida desde 2003.

Asimismo atribuye a esos pocos controles un presunto incremento desmesurado de la inflación.

INFLACIÓN DE 103 POR CIENTO EN 1996

La Agenda Venezuela fue anunciada en abril de 1996. Contempló ajustes en las tarifas de los servicios públicos y de los combustibles, además de la liberación de precios del resto de los bienes.

Para fines del año 1995 la Canasta Alimentaria Normativa del INE tenía un valor de 35 mil 593 bolívares. Y como consecuencia de las medidas de liberación, un año después se ubicaba en 74 mil 951 bolívares, es decir, un incremento de al menos 110 por ciento.

Sólo en el primer mes de la aplicación de la Agenda, el aumento de la canasta (que incluye los alimentos esenciales) superó el 16 por ciento.

En los dos años siguientes, 1997 y 1998, el costo de la canasta bajó hasta 96 mil y 123 mil bolívares respectivamente. Y con tasas de crecimiento interanual de 25%.

Entretanto el salario mínimo en ninguno de estos tres años se mantuvo al ritmo del costo de los alimentos esenciales.

En 1996 ese salario era de sólo 20 mil bolívares, en 1997 pasó a 75 mil y en 1998 alcanzó los 100 mil bolívares, según los datos registrados en los decretos presidenciales correspondientes.

Con respecto a la inflación, vale destacar que ese primer año de la Agenda Venezuela llegó a 103%. Y este representa el mayor registro histórico de incremento de los precios. En los años siguientes bajó a 50% en 1997 y a 35,8% en 1998.

Contradictoriamente la MUD y los economistas de oposición se “alarman” por la “alta” inflación venezolana durante el gobierno de Hugo Chávez, que sólo en 2008 superó 30%.

POBREZA DE 6O POR CIENTO

Pero, sin duda, el dato más contundentes sobre el efecto de los programas neoliberales, es que entre 1997 y 1998 la pobreza se mantuvo bordeando el 60%, según el registro del INE.

En el primer año de aplicación de la agenda el número de venezolanos en situación de pobreza llegó a 12 millones 964 mil 887. Eso equivalía a 60,9% de la población.

Y de éstos la mitad calificaban en la categoría de pobreza extrema. Es decir, una tercera parte de los venezolanos se encontraba imposibilitada para satisfacer varias de sus necesidades básicas como alimentos, agua potable, vivienda y cuidado de su salud.

Para 1998 la tasa de pobreza se redujo cerca de 5 puntos, aunque la de pobreza extrema se mantuvo en más de 30%.

En 1999, según una investigación de Alexis J. Guerra y Beatriz Ponce de Moreno, con el título Un modelo político para la Gerencia Pública en Venezuela, Venezuela era el tercer país más pobre de América Latina, y el de mayor crecimiento de la pobreza en los cinco años anteriores.

La paradoja es que una vez que Hugo Chávez asumió la jefatura del Estado, y se comienzan a desmontar las políticas neoliberales, la pobreza inició su descenso.

Al cierre de 1999 el indicador había bajado a 48,7%, hasta llegar a 31,6% actualmente.

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Salario y canasta hoy

En este momento los ingresos mínimos de los trabajadores superan la Canasta Alimentaria Normativa.

En julio de 2012 el costo de la CAN llegó a 1.822 bolívares, mientras que el salario mínimo ya supera los 2 mil bolívares. Eso sin incluir el subsidio a la alimentación. El documento de la MUD no reconoce explícitamente la necesidad de que el salario mínimo cubra las necesidades básicas. Pero si existiera similitud con la Agenda Venezuela, se debe recordar que en el marco de esas medidas se aprobó la eliminación de la retroactividad de las prestaciones sociales.

Programa neoliberal eliminó tasas de interés preferencial

Uno de los planteamientos pre- vistos en la Agenda Venezuela, formulada por Teodoro Petkof, fue la liberación de las tasas de interés.

En las medidas concretas se incluyó la eliminación de las tasas preferenciales para actividades como la agricultura y el financiamiento de viviendas.

Eso provocó incrementos hasta de 100% en las cuotas financieras que debían cancelar los deudores hipotecarios.

En el actual documento programático de la MUD (el que ellos reconocen como válido) se cuestiona frontalmente la existencia de las “gavetas crediticias”.

En el punto 351 se señala como una amenaza a la banca que se dirija la cartera bruta “al crédito hacia sectores considerados prioritarios por el Gobierno”.

Y en el punto 352 se condena el uso del encaje para financiar la construcción de viviendas.

Como en la Agenda Venezuela, en el papel de la MUD, del pasado 23 de enero, se plantea la necesidad de que las tasas de interés sean “reales positivas”, es decir que sean superiores a la inflación.

Y aunque se reconoce que la actividad bancaria es rentable, insisten en la vía de un aumento de las tasas de interés.

Si este planteamiento se desarrolló, eso significaría tener que pagar intereses que superen el 30%, y el fin de las tasas accesibles para créditos de vivienda, entre otros sectores.

Lo mismo ocurriría con actividades como la agricultura y el turismo, que actualmente reciben el beneficio de las “gavetas”.

VÍCTOR HUGO MAJANO/CIUDAD CCS

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