ALBA-TCP, unidad regional para el desarrollo sin tutelajes

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La Habana, Cuba.- Unidad y soberanía son las bases que sustentan la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), una plataforma de integración latinoamericana y caribeña que enarbola las banderas de la solidaridad, complementariedad y cooperación en función del desarrollo integral de los pueblos soberanos.

En La Habana, corazón de la Mayor de las Antillas, nació el 14 de diciembre de 2004 con la suscripción de la Declaración Conjunta y el Acuerdo para la Aplicación del ALBA, iniciativa de los líderes revolucionarios Hugo Chávez y Fidel Castro. No obstante, par de años antes ya se abogaba por la integración de carácter social, económico, político y cultural como alternativa al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

El intercambio regional debía apuntar a la superación de la pobreza y al desarrollo integral de los pueblos, razón por la cual Chávez no dudó en oponerse a la propuesta del ALCA que se discutía en la III Cumbre de las Américas, que se realizó del 20 al 22 de abril de 2001 en Canadá.

La tumba del ALCA está en Mar del Plata. En 2005, durante un discurso ofrecido en la Cumbre de los Pueblos, Chávez se hizo eco de la consigna aclamada por el pueblo «No al ALCA» y relató que «cada uno de nosotros trajo una pala, una pala de enterrador» para sepultar las pretensiones de consolidar el poder económico de las grandes transnacionales y de las élites dominantes. Así sucedió, el ALCA encontró su final en la IV Cumbre de las Américas.

De las ruinas del ALCA surgía un proyecto integrador que reivindicaría el ideal de justicia social, igualdad e inclusión defendidos por los libertadores: el ALBA.

«Solo nosotros podemos hacerlo», enfatizó Chávez al proponer que la unidad de América Latina y el Caribe debía responder a las demandas y necesidades reales de los pueblos.

El camino siguió en 2006, cuando el ingreso de Bolivia complementó los principios fundacionales del ALBA al incorporarse el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), instrumento que plantea un comercio basado en la complementariedad, solidaridad y cooperación.

De esta manera, el ALBA-TCP profundizó su accionar por la transformación latinoamericana y caribeñas al definir acciones prioritarias en el plano social, político, económico y de articulación con los pueblos organizados.

En sus principios fundacionales destacan su compromiso con la lucha contra la pobreza y la exclusión, así como los esfuerzos para construir una nueva arquitectura económica y financiera que supere las asimetrías existentes mediante el desarrollo y el bienestar social.

Igualmente, la labor del ALBA-TCP apunta a la búsqueda de nuevos espacios de consulta, coordinación y concertación para crear alianzas estratégicas, fijando posición contra el intervencionismo y la guerra e impulsando la transición a un sistema internacional pluripolar y multicéntrico.

Ejemplo de ello es la relación entre el ALBA-TCP y el Sistema de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Comunidad del Caribe (Caricom), Asociación de Estados del Caribe (AEC), Secretaría General del Sistema de Integración Centroamericana (Sica), Unión Africana (UA), Liga Árabe, Cela, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Comunidad Euroasiática y Comunidad Económica de Estados de África (Cedeao), bajo los principios de respeto y no intromisión en sus asuntos internos para garantizar una mayor equidad y un mayor compromiso en materia de políticas sociales y económicas.

Al cumplirse 17 años de su fundación, el ALBA-TCP reafirma su profunda voluntad de trabajo en función de la unidad de los pueblos ante los desafíos globales y las amenazas de las élites imperiales, auspiciadas por las oligarquías regionales.

Prensa Presidencial / Karelis González

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