La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac, manifestó este martes ante la Organización de las Naciones Unidas, ONU, su preocupación ante el potencial impacto de la vigilancia e intercepción de comunicaciones en la inviolabilidad de archivos, instalaciones y personal diplomáticos.
Costa Rica, en su condición de presidente pro tempore y en nombre del bloque integracionista de 33 naciones, llamó la atención sobre los nuevos desafíos para garantizar el respeto de los convenios de Viena para las relaciones diplomáticas y consulares, reseña Prensa Latina.
Durante la intervención en un debate de la VI Comisión de la Asamblea General de la ONU sobre el tema, la delegación del país centroamericano se refirió en particular a las amenazas de la vigilancia extraterritorial ejecutada por algunos Estados, multiplicadas por el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación.
En los últimos meses Brasil, Cuba y Venezuela, al igual que otros estados latinoamericanos y caribeños, han expresado en el seno de la Comunidad y en diversos foros internacionales su rechazo al espionaje electrónico.
Las preocupaciones de la región se enmarcan en las denuncias del exintegrante de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA, por su siglas en inglés), Edward Snowden, sobre la red de vigilancia global montada por su país.
El otrora analista filtró el año pasado a medios de prensa documentos secretos reveladores del aparato de espionaje norteamericano, del cual no escaparon presidentes, altos funcionarios, embajadores, gobiernos aliados y la sede de la ONU, añade Prensa Latina.
El extécnico de la NSA sacó a la luz en 2013, a través de los diarios The Guardian y The Washington Post, un programa secreto de vigilancia electrónica que permite a Estados Unidos ingresar a los servicios de Google, Facebook, Skype, Microsoft y Apple, con el que podía acceder a la información de personas de cualquier lugar del mundo, así como a un sistema en el cual se detallan los países blancos de espionaje, tales como Irán, Pakistán y Egipto.
Los últimos datos indican que Estados Unidos espió a 35 líderes mundiales, lo que desató críticas y censuras de mandatarios.
