La disolución definitiva de la Gran Colombia en 1830, el asesinato de Sucre y de Bolívar, dejaron a los países americanos en manos de sus respectivas oligarquías rapaces. En Venezuela, liberales y conservadores, centralistas y federalistas, supuestamente enemigos, se repartían las tierras, las exportaciones e importaciones y compartían la indiferencia por la condición social y económica de la gran mayoría de la población.
Páez, Monagas, Falcón, Guzmán Blanco, caudillos, políticos, al servicio de una clase explotadora que sólo enfrentó Ezequiel Zamora, quien se levantó en armas en septiembre de 1846 al grito de «tierra y hombres libres».
Colección Bicentenario: La oligarquía y sus caudillos
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