El mundo se encuentra en continua y dinámica evolución en materia de telecomunicaciones, al punto que tendencias y productos que ayer resultaron innovadoras, hoy día pueden ser historia del pasado. Actualmente, el Wi-Fi –uno de los sistemas de conexión inalámbrica más utilizado- es testigo del nacimiento del “Light Fidelity (Li-Fi)”, el cual permite conectarse a Internet a través de la luz artificial con lámparas LED.
Los desarrolladores de esta nueva tecnología aseguran que funciona de forma más óptima y rápida que el Wi-Fi, por alcanzar una velocidad de transmisión de datos de hasta 10 gigabits por segundo. Incluso, estiman que los usuarios podrán descargar películas completas en menos de un minuto.
El Li-Fi consiste en una conexión de luz visible ultraparalela, capaz de multiplicar los colores de la luz y generar una conexión de alta amplitud a larga distancia. En primera instancia será posible transmitir datos a una distancia de diez metros a una velocidad de 1,1 gigabits, que podrá llegar luego hasta 15 gigabits.
Aunque la tecnología Li-Fi todavía se encuentra en fase experimental, los primeros prototipos ya empezaron a comercializarse. No obstante, sus desarrolladores consideran que será dentro de varios años cuando pueda masificarse esta conexión; ya que se necesita un rediseño de los equipos emisores y receptores de telecomunicaciones.
Al respecto, el estudio sostiene que entre las ventajas del Li-Fi destacan una mayor velocidad de conexión, es más segura porque no atraviesa paredes y queda limitada exclusivamente al uso privado, y no crea interferencia en aparatos electrónicos sensibles, motivo por el cual puede ser utilizada en hospitales y aviones.
En tanto, la conexión Li-Fi también presenta ciertas desventajas, entre ellas su uso limitado a un espacio o lugar específico, al no funcionar con la luz apagada puede aumentar el consumo energético, así como tampoco funciona bajo la luz solar directa.
Aunque la tecnología Li-Fi no es una conexión alternativa a corto plazo, seguramente lo será en el futuro, cuando se requiera una tecnología capaz de adaptarse a la revolución del Internet de las Cosas.
Los científicos esperan que en los próximos 25 años las bombillas en cada casa aporten conexión a los teléfonos móviles y esta sea sólo una de las funciones de la iluminación.
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