Crecimiento económico y estabilidad política

La expansión de nuestra economía por casi dos años nos ubica en estos momentos con una de las mayores tasas de crecimiento del continente americano y representa un crudo contraste con la Europa en crisis. Ello contribuye de manera notable a la estabilidad política en virtud de los extraordinarios efectos generados en el empleo, los salarios y la inversión social. Por cierto, esta relación de crecimiento y bienestar está lejos de constituir una tautología, pues el crecimiento por sí solo no genera bienestar y mucho menos equidad distributiva, como lo demuestra el neoliberalismo. Es la orientación socialista de nuestro Gobierno el artífice de este efecto, lo cual, a su vez, obedece a cambios radicales ocurridos desde 1998 en la correlación de fuerzas políticas en el país, que ahora permiten un rumbo económico y social en función de los grandes intereses populares. Asimismo, debemos subrayar que la expansión del consumo privado, el incremento de las inversiones y el sostenido incremento de las inversiones sociales por parte del Estado son posibles por la correcta percepción de la inmensa mayoría de la población, de que la situación política  del  país  no  solo  es  de estabilidad, sino también, como en cualquier revolución, de continuidad de los grandes cambios que viene impulsando el Comandante Chávez. De tal manera que el crecimiento no solo estimula la estabilidad política, sino que es consecuencia de las enormes transformaciones políticas del país.

Jesús Faría / Correo del Orinoco

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