CRÓNICA | El abrazo productivo de la clase obrera

Prensa Presidencial/Zurimar Campos

Guarenas, estado Miranda.- Eran las 5:26 de la tarde. A Nicolás Maduro le aguardaba un reencuentro con sus hermanos de la clase obrera. Esta vez sería la empresa Bimbo Venezuela, en el estado Miranda, la que atestiguaría el choque de puños y las miradas de afecto de quién anhela conversar con su pueblo.

A su lado está el gerente de mantenimiento, Luis Raúl Vásquez, quien lo guía en el recorrido que inicia en la Línea de Producción N°2, dónde a diario elaboran panes de perros calientes y hamburguesas que serán distribuidos a los seis centros de ventas ubicados en Caracas, Maracay, Valencia y Barcelona.

Sigue su caminata, constatando a su paso el proceso productivo de sus seis productos bandera: Bimbo, Bimbo Diet, Holsum, Morán Artesano, Marinela y Oroweat, mientras intercambia saludos con otros trabajadores que no cesan su marcha.

En la Zona Industrial de Guarenas, Maduro se despejó de su investidura de Presidente de la República. En aquellos pasillos era uno más, un trabajador empeñado en el reimpulso del aparato productivo con talento nacional, bajo nuevos esquemas de diálogo y cooperación que sientan en la misma mesa al empresariado privado y al Gobierno Nacional.

«Una economía múltiple que permite combinar los factores de diferentes tamaños para satisfacer las necesidades de todos», puntualizó.

A cada paso confirmó lo que ya sabía incluso antes de pisar Bimbo Venezuela: su alma, su motor está encarnado en los 484 trabajadores que a diario se esfuerzan para mantener la meta semanal de producción en 100 toneladas.

«Cómo siempre los trabajadores con su dedicación, con su esfuerzo, siempre concentrados en su trabajo», enfatizó.

Su charla con Luis terminó pronto, de él se despidió con sincero agradecimiento. Y, aunque no lo expresó con palabras, en sus ojos se notaba la satisfacción de quién transita por el camino correcto.

Prensa Presidencial / Karelis González

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