La Universidad Central de Venezuela (UCV) tiende a disminuir la posibilidad de nuevos ingresos e incrementar su matrícula de estudiantes, pese a que maneja el presupuesto más alto entre las universidades del Caribe e incluso sus recursos son superiores a los de cualquier otra universidad del país aunque tiene menor número de estudiantes.
La denuncia la hizo este viernes Kevin Ávila, integrante de la Federación de Centros de Estudiantes de la UCV, quien señaló que en menos de 10 años la UCV redujo su matrícula de 60.000 a 47.000 estudiantes.
Durante una entrevista con el Noticiero de Televen, Ávila expresó que existe un «gran hoyo negro» hacia donde se desvían los recursos presupuestarios de la UCV, que es de total desconocimiento por parte de los estudiantes.
«No sabemos qué pasa y hacia dónde va el presupuesto del comedor, no sabemos hacia dónde va el presupuesto del transporte universitario, no sabemos hacia dónde va el presupuesto de infraestructura. Además, se desconoce el número total de la nómina universitaria porque se juega mucho con abombar las nóminas para que el Gobierno Nacional inyecte más dinero y ese tipo de corrupción que todo el mundo sabe que hay en la UCV», recalcó.
Insistió en la necesidad de que se realice una intervención a la UCV y hacer una auditoría para determinar cuál es el destino de los recursos universitarios.
El dirigente estudiantil sostuvo que de comprobarse la verdadera necesidad de la UCV, de incrementar su presupuesto, los estudiantes serán los primeros en realizar la solicitud al Ejecutivo Nacional.
Sin embargo, ratificó que impera la necesidad de elaborar un informe completo y actualizado del uso que la rectoría actual de la UCV da al presupuesto que le es asignado.
Criticó el hecho de que siendo la UCV la principal referencia académica del país, no cumpla la función para la cual fue creada, que es aportar conocimientos para el desarrollo de la nación.
«La UCV de hoy no construye conocimiento, no investiga en pro de los intereses sociales de nuestro país. La universidad de hoy es una fábrica de mano de obra barata para el capital. Forma personas, le da técnicas por cinco años y ese joven y esa joven luego se van a trabajar y a producir dinero al capital», denunció.
«Ese no es el modelo de educación universitaria que nosotros queremos», aseveró.
Por lo tanto, consideró que el mayor problema que alberga a la casa que vence las sombras es estar «desfasada en el tiempo, tener un pensamiento de subdesarrollo, que no promueve conocimientos y no hace investigaciones».
En ese sentido, Ávila consideró fundamental el ejercicio democrático en la elección de nuevas autoridades, que provengan de la voluntad de toda la comunidad universidad, en la que se incluyan profesores, estudiantes y empleados.
AVN
