Hace 56 años, el 4 de mayo de 1962, estalló El Carupanazo, conocido de esta forma porque se dio en la ciudad de Carúpano, estado Sucre, en el Oriente de Venezuela. Fue una acción cívico-militar antiimperialista y revolucionaria, que integró a militares progresistas y dirigentes civiles revolucionarios, militantes del Partido Comunista Venezolano (PCV) y del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), en un intento de liberar al pueblo venezolano y luchar por la soberanía de su país.
Las acciones militares de Carúpano, fueron comandadas por el Capitán de Corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas, quien años después, explicó que la insurrección apuntó a “la recuperación plena de la democracia venezolana, traicionada por el Pacto de Punto Fijo, sistema de gobierno que echó por la borda el espíritu del 23 de enero”.
Al igual que El Porteñazo, que se dio en junio de ese mismo año, buscó recuperar el rumbo del país, en la defensa de la soberanía económica y política, ante la apropiación del gran capital internacional imperialista sobre Venezuela, especialmente EEUU.
Además, el movimiento se rebeló contra la política represiva del presidente Rómulo Betancourt, de suspensión de garantías, persecuciones y violación de derechos humanos, que puso de moda la consigna: “Dispare primero y averigüe después”.
En Revolución, recordamos esta importante insurrección que dio la cara por el pueblo de Venezuela frente a la traición de los gobiernos de la derecha, que pactaron con la oligarquía y Estados Unidos para establecer una falsa democracia en Venezuela, al mando de las trasnacionales estadounidenses, que expoliaron durante más de cuatro décadas las riquezas de la nación y establecieron un sistema de represión y atraso contra el pueblo venezolano.
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