Hace 88 años, el 13 de junio de 1930, falleció, en Ginebra, Suiza, el gran poeta venezolano José Antonio Ramos Sucre, ensayista, educador, diplomático y políglota autodidacta, reconocido entre los grandes de la literatura universal.
Este ilustre cumanés nació el 9 de junio de 1890, durante la transición de la Venezuela rural a la petrolera. Fue descendiente del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre. Aprendió sus primeras letras en la escuela Don Jacinto Alarcón de Cumaná. En 1900, fue enviado a Carúpano, donde fue educado por su padrino y tío paterno, el historiador y letrado, presbítero José Antonio Ramos Martínez, quien le enseña el latín.
Cursó estudios en el Colegio Nacional de Cumaná y aprendió los idiomas francés, inglés, italiano y alemán. En en 1912, inició sus estudios de Derecho y Literatura en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y aprende otros idiomas: griego antiguo y moderno, francés, inglés, italiano, portugués, alemán, danés, sueco y sánscrito.
La UCV fue cerrada en 1913 por Gómez, por o que Ramos Sucre continúa su formación de manera autodidacta y en 1916, al ser reabierta la casa de estudios, presentó exámenes en Derecho, resultando sobresaliente, y finalmente, culminó sus estudios en 1917.
En 1914, fue nombrado oficial de la Dirección de Derecho Público Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos de Venezuela. Desde entonces, trabajó como intérprete y traductor para el gobierno de Gómez.
Ejerció el Derecho en 1918, cuando fungió de juez accidental de primera instancia en lo civil, atendiendo un divorcio que sentó precedente en la jurisprudencia de la época, al favorecer en la sentencia a la mujer.
También se desempeñó como docente de Historia y Geografía Universal, Historia y Geografía de Venezuela, Latín y griego, en liceos de Educación Media, como el Liceo Caracas, hoy Liceo Andrés Bello.
Culminó el doctorado en Leyes en 1925. En 1927, recibió la Orden del Libertador en grado de Comendador. En 1929, durante la Gran Depresión, fue nombrado cónsul en Ginebra, Suiza.
Escribió para El Cojo Ilustrado, Renacimiento, El Heraldo, El Universal, El Nuevo Diario, Actualidades, Válvula y Élite. Tradujo la Historia del Nuevo Mundo de Benzoni. Entre sus obras más reconocidas, está Las formas del fuego.
Ramos Sucre libró una larga lucha contra el insomnio hasta que cometió suicidio, tras padecer dificultad para concentrarse, depresión y fatiga mental, causada por el insomnio que sufrió durante años. Actualmente, sus restos reposan en el Panteón Sucre Martínez, en el Cementerio de Santa Inés, en Cumaná, estado Sucre.
Es reconocido como como uno de los poetas más originales y avanzados de siglo XX venezolano, aunque su obra fue valorada y publicada en 1956, mucho después de su muerte, debido al rechazo de la burguesía intelectual gubernamental que sucedió a la gomecista.
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