EFEMÉRIDES | Hoy se cumplen 193 años de la Independencia de Bolivia

La independencia boliviana, lograda tras siglos de dominio colonial español, fue un proceso que se extendió durante más de 15 años, desde 1809 hasta 1825. Implicó numerosas batallas e innumerables muertes.

La lucha por la independencia comenzó a nivel local, más tarde Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, le dieron cohesión a una causa, que había estado fragmentada y desorganizada. En última instancia, el nuevo e independiente país, Bolivia, recibiría su nombre de Simón Bolívar, el líder militar y político que cambió el curso colonial de América del Sur.

El 6 de agosto de 1825, una asamblea reunida en Chuquisaca, determina que el Alto Perú sea independiente y que se cree una República con el nombre de Bolivia, en homenaje al Libertador.

Antonio José de Sucre fue el gran artífice de esta creación, basándose en el principio de la autodeterminación de los pueblos. Simón Bolívar escribió su Constitución y la llamó su hija predilecta.

El Alto Perú es un territorio que pertenece a dos naciones: una parte a la Argentina y la otra al Perú. Sucre propone que se realice una Asamblea en Chuquisaca, a fin de que los pueblos decidan su propia suerte. A Bolívar no le gustó la idea y se la criticó al Gran Mariscal. Pero, al final de cuentas, la Asamblea se realizó sin problemas porque ni Lima, ni Buenos Aires, tenían objeciones que hacer.

La Asamblea de Chuquisaca determinó que el Alto Perú fuera independiente y que de ese territorio se formara una nueva Nación con el nombre de Bolívar, en su honor. ¡Sí que era un honor, y muy grande!

Que una Nación entera llevara su nombre, superaba todas las ambiciones de Bolívar y Sucre, su mejor amigo, era nombrado Presidente de Bolivia para toda la vida; pero su carácter y su manera de pensar no le permitían aceptar sino por el espacio de dos años.

En Arequipa, Bolívar da una serie de leyes en beneficio de los pobres indígenas, así como en Chuquisaca se preocuparía por el establecimiento de escuelas públicas, colegios y en fin, de la instrucción en general.

A la llegada al Cuzco, la humilde gente riega de Flores las calles por donde pasa el caballo de Bolívar. Aquí le ofrecieron una corona de oro, diamantes y perlas, la cual obsequió a Sucre; y las joyas que había recibido las regaló a sus edecanes.

Lo que más le emocionó a Bolívar fue lo más sencillo. Nunca había oído palabras tan bellas y espontáneas como las que dijera en el pequeño pueblo indígena de Pucará uno de sus moradores, José Domingo Choquehuanca. Cuando entró a este pueblito, el 2 de agosto de 1825, el orador le recibió así:

“Quiso Dios de salvajes hacer un Imperio, y creó a Manco Capac; pecó su raza y mandó a Pizarro. Después de tres siglos de expiación ha tenido piedad de la América, y os ha enviado a vos. Sois, pues, hombre de un designio Providencial. Nada de lo hecho antes que vos se parece a lo que habéis hecho; y para que alguno pueda imitaros, será preciso que haya un mundo por libertar. Habéis fundado varias Repúblicas que, en el inmenso desarrollo a que están llamadas, elevarán vuestra grandeza a donde ninguno ha llegado. Vuestra fama crecerá, así como aumenta el tiempo con el transcurso de los siglos, y así como crece la sombra cuando el sol declina”.

Prensa Digital MippCI/Agencias

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