El caso Globovisión: despertar y darte cuenta de que eres un proletario más

Los periodistas del canal privado Globovisión siempre estaban en primera fila, defendiendo la propiedad privada y los intereses del empresariado. Cuando trabajadores y obreros de empresas privadas acudían al canal para denunciar los abusos de sus patronos, raras veces eran recibidos. Si había un conflicto entre el gobierno y los dueños de medios de producción, los periodistas de Globovisión sabían por quien parcializarse. Pero el cambio de propietarios demostró que los periodistas no son los dueños del canal ni los amigos de los dueños. La salida de Ismael García, Francisco “Kico” Bautista, Lina De Amicis, Carla Angola y Pedro Luis Flores y la aparición de listas con los “próximos despedidos” genera incertidumbres y acaba con la ilusión: los que mandan en el canal son los dueños; sus periodistas no son otra cosa sino personas que venden su fuerza laboral a un patrón y deben cumplir sus instrucciones. Son lo que el marxismo llama “proletarios”, así no tengan conciencia de ello.

Tras asumir la nueva junta directiva, comenzaron los cambios: la salida de Ismael García del programa “Aló Venezuela” y el supuesto “veto” a un acto de Capriles (en realidad el evento sí se cubrió, pero Globovisión se negó a transmitirlo en vivo) desató quejas de numerosos periodistas del canal en sus cuentas en Twitter. Uno de los que se quejó fue el propio Kico Bautista, quien llevaba 2 meses sin usar su cuenta. “Preocupa la salida de Ismael Garcia de Globovisión”,escribió en @KicoBautista el viernes por la noche.

Este inocente tuit le causó un conflicto con la nueva directiva. Casi al mediodía del lunes, la esposa de Kico, la periodista Ibeyise Pacheco, confirmaba el rumor: ”La directiva de Globovision le ratificó a Kico en este momento qué él está fuera del canal.”

En la noche, la directiva emitió un comunicado explicando las razones: ”La resolución del contrato con el productor nacional independiente Francisco “Kico” Bautista fue la consecuencia de una preocupación expresada públicamente con relación al supuesto despido del diputado Ismael García, sin previamente haber buscado y solicitado la información sobre los hechos, como es el deber de todo periodista. Adicionalmente, el señor Bautista se negó a recibir las llamadas telefónicas que se le hicieron para conversar sobre el asunto, y sólo apareció el domingo en la noche, cuando ya estaba tomada la decisión por la Junta Directiva. Ningún productor nacional independiente tiene derecho a ser consultado sobre las decisiones ‘administrativas’ tomadas por la Directiva”. Poco después, se conoció de la renuncia “en términos amistosos” de Carla Angola y Pedro Luis Flores.

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El caso llegó a CNN

La nueva directiva también asegura que “es falso que en Globovisión esté previsto ‘despedir’  a una lista de profesionales del canal, quienes continúan realizando sus programas con la misma libertad de la que han gozado en estos años”. Sin embargo, tal parece que nadie les cree. De pronto, pareciera que los periodistas de Globovisión comienzan a sentir la misma indefensión que sentían los obreros y trabajadores que acudían a su sede infructuosamente a denunciar los abusos de patronos y empresarios.

Así, aquellos argumentos que antes sólo se escuchaban entre “chavistas” comenzaron a aparecer en boca de gente preocupada del canal: ¿qué hacer ante los desmanes de un patrón contra sus empleados y obreros? En Twitter, decenas de opositores comenzaron a exigir a los periodistas de Globovisión que renuncien a sus cargos, y que los que no lo hagan son unos “traidores”. Otros, en cambio, les recomendaron quedarse y defender su línea de pensamiento.

Seguramente habrán periodistas de Globovisión revisando a escondidas la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT), para conocer los derechos laborales que gozan. Tal vez estarán llamando a sus amigos para averiguar cómo se forma un sindicato, o qué es eso de un consejo de trabajadores. ¿Le darán las gracias a Hugo Chávez por este instrumento legal, que ahora usarán en contra de aquella clase social de la que antes decían ser amigos? Ojalá que sí.

Luigino Bracci (Alba Ciudad)

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