El ex grande liga venezolano dedicado a reivindicar a los atletas del barrio en Aragua

En una cancha recuperada en un barrio en el estado Aragua, varios muchachos que juegan baloncesto querían darle un tapón (bloqueo) al gobernador de la entidad, Tareck El Aissami, quien también participaba en el juego. Al borde la cancha otros jóvenes esperaban para participar en la partida. Estaban ansiosos.

«Todos querían jugar y darle un tapón al gobernador (El Aissami). Eso no se veía antes (risas)» cuenta Carlos Guillén, otrora jugador de los Tigres de Detroit en las Grandes Ligas (MLB por sus siglas en inglés), y del Navegantes del Magallanes en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.

La anécdota corresponde a sus experiencias desde que asumió como presidente del Instituto Regional de Deporte en la gobernación de Aragua (Irda), una labor por la cual se inclinó tras su anunciado retiro del mundo de los diamantes en el primer trimestre del 2012.

 

Antes de asumir esa rol recibió ofertas para trabajar en equipos de las Grandes Ligas, pero en realidad no era lo que quería. «Me dieron la oportunidad de comenzar mi carrera como mánager o en las oficinas de los Tigres de Detroit, pero yo preferí tomarme un tiempo, compartir con mi familia y disfrutar la vida».

Precisamente eso, disfrutar la vida tuvo más peso en su devenir. Guillén ahora al frente del Irda disfruta lo que hace: rescatar el deporte en las zonas populares de Aragua, lo cual incluye el desarrollo de proyectos de infraestructura, masificación deportiva y atención integral al atleta en la construcción de la «Aragua Potencia».

Lo hace con la convicción de que allí, en los barrios, en los lugares más apartados sobra el talento deportivo, o mejor dicho «los atletas del barrio», como el mismo lo definió en una visita realizada a la sede de AVN en Caracas.

«Yo creo que la mayoría de los atletas salimos de esos rincones escondidos, y tenemos que ir hasta allá», ratifica.

En esta labor viene impulsando proyectos de masificación deportiva «en el que queremos llegar a donde nunca se ha llegado, y donde están estos jóvenes que pueden llegar a ser el día de mañana un Pastor Maldonado, un Miguel Cabrera. (Porque) Ninguno de nosotros salió de la ciudad», refiere.

Guillén tuvo una idea para ubicar los atletas del barrio: asignar monitores deportivos en las comunidades, que además sean promotores de actividades deportivas. Para ello, el gobernador Tareck El Aissami le aprobó 10 millones de bolívares.

«Con esto queremos, entre otras cosas, contratar a aproximadamente 200 monitores que vayan a los municipios, comunidades y barrios, con las manos llenas de kits deportivos y programas de intercambio deportivo entre municipios», manifestó.

Guillén explica que la intención no sólo es ubicar y reivindicar a los atletas de los barrios, se trata de involucrarlos en proyectos de impacto social en la zona donde residen. «Para mi en un placer trabajar para todos esos niños y que ellos puedan compartir con nosotros en estas canchas queestamos rehabilitando, con partidos entre nosotros» resaltó.

Durante su trabajo de fomentar el deporte en las comunidades, Guillén notó un elemento que en ocasiones propicia la inseguridad alrededor de las canchas: la luz. Por eso su hincapié, no sólo en la recuperación en los espacios deportivos, sino en garantizar la iluminación de los espacios deportivos.

«La iluminación es importante: ten pongo un ejemplo: antes pasabas por una cancha donde los jóvenes hacían deporte hasta las seis de la tarde, porque eso convertía en una boca de loco en las noches. Ahora cualquiera pasa por una cancha iluminada, y la gente juega hasta altas horas de la noche y de esta manera combates la inseguridad con deporte», explicó.

Como beisbolista, Guillen participó en 14 temporadas en las mayores en las que se uniformó con dos equipos, Marineros de Seattle y Tigres de Detroit. En su carrera participó en tres ocasiones en el Juego de Estrellas y colgó sus tacos con .285 de promedio al bate, 124 jonrones y 660 carreras remolcadas.

Ahora en los primeros 100 días frente al Irda, Guillén también enumera varios números como parte de sus objetivos cumplidos, en su vitrina como servidor público: «Hemos recuperado 11 canchas deportivas, siete en el Polideportivo Las Delicias, dos en el complejo Deportivo San Vicente y dos más en el caserío Dos Montes», subrayó.

El cambio de pelotero a servidor público  no ha sido difícil para Guillén. La diferencia es que ahora es vez de un bate y una pelota se la pasa con papel y lápiz para anotar las inquietudes del pueblo de Aragua en materia deportiva.

La clave -refiere- es la pasión por ayudar al otro. «Cambiar el bate y la pelota por un lápiz y un papel no ha sido difícil para mí porque yo disfruto esto, sino tuviera la pasión de querer ayudar a las personas no estaría aquí. Esto ha sido un proceso de aprendizaje», indicó.

 

AVN

Send this to a friend