La mirada poética sobre un continente amenazado por el imperialismo estadounidense es realzada en la obra Cantos de vida y esperanza (1905), delpoeta Rubén Darío, uno de los representantes del Modernismo en Latinoamérica, quien nació el 18 de enero de 1867, en Matagalpa, Nicaragua.
En dicha obra, con la que cierra su producción literaria iniciada con Azul (1888) y Prosas profanas (1896) y sobre la que considera que posee “las esencias y savias de mi otoño”, como dice en Historia de mis libros, es realzado el amor por lo hispanoamericano.
Este sentimiento, explican Oscar Sambrano Urdaneta y Domingo Miliani, surge luego de la guerra entre Estados Unidos y España (1898), en la que el país del norte se ocupa Guantánamo (Cuba), Puerto Rico y Filipinas, y constituye una crítica dura, expresada con la sutileza del lenguaje poético, como lo muestra el poema “Oda a Roosevelt”.
“Eres los Estados Unidos,/ eres el futuro invasor de la América ingenua que tiene sangre indígena,/ que aún reza a Jesucristo y aún habla en español”, dice en su primer verso.
Sobre esta obra sostiene su autor que “se preconizaba la solidaridad del alma hispanoamericana ante las posibles tentativas imperialistas de los hombres del norte”, citan Sambrano y Miliani en Literatura hispanoamericana, vol. I, (1994) publicada por Monte Ávila Editores.
Darío escribe esta obra en Europa, a donde llega en 1898 y permanecerá hasta 1914, luego retornará a Nicaragua (1915) y luego de un delicado estado de salud y dos intervenciones quirúrgicas fallece en León, el 6 de febrero de 1916.
De espíritu cosmopolita, ejerció el oficio de periodista entre 1889 y 1892, en Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Costa Rica, fue cónsul de Colombia en Buenos Aires, a los 11 años ya mostraba un gran talento para versificar, por el que se le conoció como el “poeta-niño” y fue quien acuño el término “Modernismo” para referirse a un movimiento literario crítico hacia el Romanticismo y de innovaciones en versos y musicalidad.
AVN
