En más de 80 salas de todo el país se estrena este jueves la esperada Libertador

Libertador_Making“Simón Bolívar libró más de 100 batallas. Recorrió a caballo unos 120.000 kilómetros por toda Latinoamérica. Sus campañas militares cubrieron el doble del territorio de Carlo Magno. Sus ejércitos nunca conquistaron. Libertó”, con estos significativos datos, colocados en letras blancas sobre fondo negro comienza Libertador, la esperada película de Alberto Arvelo, protagonizada por el cotizado Edgar Ramírez, se estrenará mañana, día del natalicio del Padre de la Patria, en más de 80 salas del país.

La obra transporta al público hasta la noche del 25 de septiembre de 1828, en el Palacio de San Carlos de Bogotá, capital de la entonces Nueva Granada, donde Bolívar, ya convertido en Libertador, logra escapar de un atentado, gracias a Manuela Sáenz. Así comienza el filme.

Durante la secuencia el director se vale del flashback para mostrar a Simón Bolívar niño, en 1792, a punto de cumplir nueve años, obligado a ver a su madre en el ataúd. En los planos que se van alternando entre una escena y otra, se ve al niño entre triste y rebelde que se niega a ver a María de la Concepción. Y mientras el adulto escapa a su propia muerte, el niño intenta escapar de la de su madre, refugiándose en los brazos de la Negra Hipólita, quien lo crió en sus primeros años de vida.

Sobre esa base simbólica la película va contando cómo se forjó el carácter de un niño rico, educado bajo las ideas revolucionarias de su maestro Simón Rodríguez (Francisco Denis), que logró la libertad del yugo español en cinco nacionales de América.

El filme continúa en play sostenido desde el año 1800, en Madrid. Allí, en medio de la opulencia de la realiza imperial, Bolívar conoce a quien será su única esposa, la aristócrata María Teresa del Toro (María Valverde), con quien vive, quizás, los instantes más felices de su vida.

Bolívar de carne

Con escenas de grandes e importantes batallas que influyeron de manera determinante en la independencia de Suramérica y casi lograron la unificación de la región, Libertador no redunda en la mitificación del héroe. Mucho menos lo banaliza. Lo reivindica en su grandeza, desde una dimensión más cercana a la carne y más alejada del bronce.

Libertador, además de mostrar a aquel niño que se refugia en una madre sustituta, esclava, cuenta a un Bolívar desorientado y a la deriva, luego de perder otro de sus más preciados afectos, esta vez el amor de su vida: María Teresa, muerta tempranamente a causa de la fiebre amarilla.

En el filme también se aprecia a Simón Bolívar, dubitativo entre dejarse llevar por el desenfreno provocado por el dolor o responder a los principios inculcados por su maestro Simón Rodríguez, esas bases morales que finalmente lo llevan a aprovechar el momento histórico que le tocó vivir para aventurarse en una revolución como la que finalmente hizo.

Igualmente, la obra incluye la faceta del Bolívar novato de los grandes errores militares y políticos que, lejos de disminuirlo, los usa de insumo para aprender y mejorar hasta convertirse en un gran estratega capaz de sorprender a su propio maestro.

Conmovedora e inquietante

En líneas generales, la polifónica obra de Arvelo habla sobre el amor, las pérdidas, la amistad, la superación en su más amplio sentido. Y también da cuenta de todo lo que costó nuestra independencia, de lo que somos capaces de sacrificar por la libertad, de la guerra, de las traiciones, de la justicia y, sobre todo, nos cuenta a nosotros mismos.

Capaz de conmover hasta las lágrimas –de lo que fuimos testigos en la proyección especial para la prensa– Libertador estimula a la investigación y el estudio para profundizar en situaciones que la película, por cuestiones de tiempo, no puede mostrar. Paralelo a esto, el filme también pica a la imaginación, que nos lleva a plantearnos preguntas iniciadas con el enunciado “¿Que hubiera pasado sí…?”

Concretamente, el filme hace aflorar aquellas preguntas hipotéticas que casi siempre surgen durante el estudio o la observación de la historia, como por ejemplo ¿qué seríamos hoy si Bolívar, enamorado como estaba, no hubiera perdido a María Teresa del Toro? ¿Qué habría pasado si Simón Rodríguez no va a buscarlo a París para estimular en él los principios libertarios que le inculcó? ¿Y si hubiera muerto en batalla?

Final abierto

La pregunta que sí queda claramente sugerida en la pieza, se asoma en el final abierto de la historia, cuando Bolívar intenta retornar Caracas desde la Gran Colombia para intentar consolidar la unión de del continente: ¿De verdad murió de tuberculosis? En cualquier caso, como lo aclara el filme, esa fue la “causa oficial de su muerte”.

Además de Edgar Ramírez, María Valverde y Francisco Denis, el elenco está conformado por Erich Wildpret (Antonio José de Sucre), Iwan Rheon (Daniel O’Leary), Danny Huston (Martin Torkington), Juana Acosta (Manuela Sáenz), Imanol Arias (Juan Domingo de Monteverde), Carlos Julio Molina (José Félix Ribas), Orlando Valenzuela (Santander), Alejandro Furth (Rafael Urdaneta), Juvel Vielma (José Antonio Páez), Manuel Porto (Francisco de Miranda), Zenaida Gamboa (Hipólita), Gary Lewis (Coronel Rooke), Leandro Arvelo (Fernando), Andrés Gertrúdix (Príncipe Fernando).

De lo micro a lo macro

Alberto Arvelo, conocido en Venezuela como fundador de llamado cine átomo, en esta nueva película demuestra lo que es capaz de hacer en las mejores condiciones, luego de años de entrenamiento en formas de producción de muy bajo presupuesto.

Con una calidad técnica impecable y actuaciones convincentes, esta súper producción realizada en colaboración entre España y Venezuela, presume de su alta factura en cada plano, incluso en los más simples, los que no son realizados desde helicópteros o en los correspondientes a las batallas, donde se realizó un generoso despliegue de efectos especiales y una amplia participación de extras.

Rodada en un 90% en España y 30% en Venezuela, la película que muestra hermosos paisajes naturales dela tierra de Bolívar llega a las salas comerciales luego de un recorrido de un año por los festivales más prestigiosos del séptimo arte, incluyendo el de Toronto, en Estados Unidos donde se vio por primera vez.

La música, que tiene el peso de un actor adicional, fue compuesta por el maestro Gustavo Dudamel e interpretada por la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela.

moebiusweb@gmail.com

Correo del Orinoco

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