En los poemas de Mahmud Darwish, Palestina tiene una vida heroica y luminosa, como la que pertenece a su propia fundación, cuando un sonido, un documento firmado con la identidad de todos los hombres del mundo o un pan sobre la mesa la evoca. Es el canto del poeta y su historia escrita después de tanta muerte y éxodo. Estos poemas recogen la historia del pueblo palestino, su identidad y la crónica de un poeta que ha sublimado sus dolores y sus pérdidas, y ha elevado un monumento a la paz, a la dignidad, al olvidado asombro de estar vivo entre las pequeñas cosas. Pero también encontramos en los poemas su destino, que es el destino de su pueblo, y de aquellas patrias del mundo que luchan por la liberación. Mahmud Darwish teje siglos de poesía y hace una sola voz plena, llena de colores, personajes, mitos y patria. En estos poemas no sólo lo autobiográfico que intenta rasgar una determinada identidad, su poesía también implica una altura y goce de los afectos, lo íntimo, lo familiar y lo históricorico.
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