El 1 de octubre de 1964 muere Enrique Bernardo Núñez, el cronista de Caracas. Historiador, ensayista y novelista venezolano nacido en Valencia en el año 1895. Durante su vida se dedicó a múltiples y disímiles actividades sin que ninguna de ellas lo apartara de lo que fue su condición esencial: pensador, escritor de la diaria tarea periodística y de la crónica sugestiva y trascendente, filósofo de callada y reservada obra, intérprete de la historia, cuentista y novelista.
Con una prolífica carrera como defensor de lo latinoamericano, Núñez escribió numerosos artículos y libros, dentro de sus obras perdurables se encuentran Orinoco, una de las visiones más agudas, poéticas y paradojalmente críticas sobre el mito de El Dorado; y Cubagua, una novela donde se muestra la imperturbabilidad del tiempo ante la inmutabilidad del hombre con sus mismas ambiciones, deseos, angustias y con sus mismas violencias.
Comenzó además su carrera periodística siendo redactor de El Imparcial entre 1919 y 1920, y colaboró desde 1922 en otros periódicos como El Universal, El Heraldo y El Nuevo Diario y revistas como Élite y Billiken. Dirigió el diario El Heraldo de Margarita, fundado por él en 1925, tiempo en el que ocupaba el cargo de Secretario General de Gobierno del Estado de Nueva Esparta.
También ejerció la carrera diplomática, como primer secretario de Venezuela en Colombia, Cuba y Panamá, y como cónsul de Venezuela en Baltimore (Estados Unidos). En la década de 1940 volvió a Venezuela, donde continuó su labor periodística en diferentes diarios. Fue nombrado cronista de la ciudad en 1945 y ejerció esa actividad (con intervalos) hasta 1964, tiempo durante el cual impulsó la revista Crónica de Caracas.
De este autor, Biblioteca Ayacucho tiene el Número Nº 124, titulado Novelas y ensayos
