San Carlos, estado Cojedes. El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, reiteró que es fundamental seguir construyendo la nueva red productiva del campo venezolano, para soltar las amarras de la economía productiva venezolana —que continúa en gran medida en manos de la oligarquía—, para consolidar un modelo económico distinto al neoliberalismo, al capitalismo.
Ordenó a los ministros y entes competentes del Ejecutivo realizar el trabajo que sea necesario para «ir echando las bases de una economía articulada, nacional productiva, que tenga en el campo una base sólida de sustento, para satisfacer las necesidades crecientes del pueblo de Venezuela a lo largo y ancho del país».
También manifestó la necesidad de continuar expandiendo las hectáreas productivas del país y seguir sembrado maíz blanco, arroz, sorgo, caraotas, frijoles, entre otros rubros.
Recordando las palabras del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro —conocedor del tema agrícola, y quien arribará a sus 89 años—, insistió en que es necesaria «la organización empresarial correcta para producir en el campo. Nosotros hemos resuelto en gran medida (…), pero es vital consolidar la organización».
Continuó diciendo: «Vamos teniendo músculo productivo propio, que no dependa de ningún terrateniente, de ningún pelucón, de ningún parásito», pero es fundamental la organización.
Al felicitar las 12 comunas que cumplieron con la meta de siembra en 509 hectáreas, en las tierras fértiles de San Carlos, estado Cojedes, y fueron condecoradas con la Orden Ezequiel Zamora, dijo: «Una Patria se levanta con trabajo y sacrificio, dedicación, solidaridad, dedicación y una buena organización».
«Felicitaciones por esa cultura y disciplina del trabajo, es lo que hace falta para consolidar la Patria potencia (…)».
Aseveró que las tierras son de los campesinos, de los trabajadores y más nunca serán de los oligarcas, porque solamente el pueblo es capaz de producir para satisfacer las necesidades del pueblo, sobre todo en tiempos de guerra económica.
Por Maryuri Varela
