Palacio de Miraflores.- Patriota y antiimperialista. “Su nacionalismo fue el de Bolívar. Jamás dejará de sentir y pensar como un latinoamericano”, así define a José Cipriano Castro Ruiz, el periodista y escritor venezolano, Domingo Alberto Rangel, en su libro “Los andinos en el poder”.
Castro, sin duda, fue un hombre valiente que tuvo gran reconocimiento dentro de los personajes más ilustres de la historia de Venezuela. Nacido en la región de Capacho, estado Táchira, el 11 de octubre de 1.858, de padre agricultor, tenía el título de bachiller en filosofía y letras. Fue el autor de innumerables proclamas y folletos doctrinarios y se había desempeñado como diputado nacional.
Militarmente, no era un rudo comandante semiletrado como Páez o Juan Vicente Gómez, su sucesor, pero era “incuestionablemente, el general más capaz de Venezuela hecho en los combates”, así lo reconoce el biógrafo hostil Thomas Rourke, refiere el portal Huellas de Estados Unidos, estudios y debates desde América Latina.
Cariñosamente le fijaron el apodo de El Cabito, porque era de baja estatura y fue calificado como admirador de Napoleón Bonaparte.
Al estallar la Revolución Legalista (1892), Castro se exilió a Cúcuta, donde residió durante siete años. Allí constituyó una milicia de sesenta hombres, al frente de la cual invadió Venezuela el 23 de mayo de 1899. Esta insurrección, conocida como «Invasión de los Sesenta», estaba dirigida contra el gobierno de Ignacio Andrade, y fue apoyada por las fuerzas de José Manuel Hernández, el Mocho. Después de derrotar a las tropas oficiales en los Andes y la región central, el ejército de Castro, punta de lanza de la Revolución Liberal Restauradora, triunfó el 13 de septiembre en la cruenta batalla de Tocuyito y entró victorioso en Caracas el 22 de octubre.
La Asamblea Constituyente Nacional, lo declaró presidente interino (1901) y presidente constitucional de la República (1902-1908). Durante su gobierno, la república quedó dividida en veinte estados. Se enfrentó a los partidarios de la Revolución Libertadora, sublevados por el nombramiento de Juan Vicente Gómez como vicepresidente, a los cuales derrotó en La Victoria el 13 de octubre de 1902.
Venezuela, históricamente blanco de los imperios
Por sus riquezas estratégicas, Venezuela, ha sido blanco de los imperios y en la actualidad enfrenta un feroz bloqueo financiero y comercial por parte de los Estados Unidos y sus países aliados que afectan a la industria petrolera, el acceso a los derechos a la salud, alimentación y servicios principalmente. El móvil es el saqueo de nuestras riquezas y tratar de imponer un tutelaje, desconociendo al Presidente constitucional, Nicolás Maduro, quien ha defendido al país de la guerra multiforme.
En el contexto geopolítico las agresiones contra Venezuela, se vivieron también en el año 1902, durante el gobierno de Cipriano Castro, con el bloqueo naval por parte de la Triple Alianza imperialista de Inglaterra, Alemania e Italia que se dispusieron a atacar a la patria de Bolívar. La hegemonía europea se tambaleaba frente al surgimiento de los Estados Unidos y el asedio a Venezuela sirvió para medir la respuesta estadounidense.
El bloqueo naval se debió a la suspensión del pago de la Deuda Externa, motivado a que el país estaba casi en estado de insolvencia por el estado calamitoso en que se encontraba la economía nacional, producto de las continuas guerras civiles y de la caída del precio internacional del café.
El hecho ocurrió, con el pretexto de obligar por la fuerza a Venezuela a pagar sumas exorbitantes por compromisos, especialmente los contraídos por la construcción de la red ferroviaria por empresas alemanas y británicas. Sin embargo el trasfondo era sostener un tutelaje sobre Venezuela.
El Presidente, Cipriano Castro, no se amilanó ante la desproporción de fuerzas: moviliza a su ejército, fortifica la defensa de la Capital, aprisiona a los comerciantes alemanes e ingleses, anuncia que expropiará las empresas ferroviarias enemigas y lanza su famoso manifiesto “¡Venezolanos: la planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria!”.
Castro, convocó 100 mil voluntarios a defender la patria, entre ellos al pacífico doctor José Gregorio Hernández. Imbatibles en el mar, las tripulaciones agresoras habrían sido barridas al posar planta insolente en tierra. Los residentes colombianos y peruanos hacen lo mismo. La conmoción es enorme en toda Latinoamérica, mientras la prensa europea agravia y ridiculiza a Castro los pueblos del Continente manifiestan su simpatía de mil modos, refiere el portal Huellas de Estados Unidos, estudios y debates desde América Latina.
El 13 de febrero de 1903, se firman los Protocolos de Washington, que implican un excelente arreglo para Venezuela, considerando la situación: el bloqueo se levanta ese mismo día. La querella se gira a la Corte Internacional de La Haya (Holanda) y los acreedores admiten reducir sus reclamos de 352 millones de bolívares a 151 millones, pagaderos en cuotas, comprometiendo para ello el 30% de los impuestos aduaneros del país.
Por su defensa al ideario de libertad bolivariano durante su mandato, Castro, tuvo que afrontar una fuerte oposición política de sectores tanto nacionales como internacionales. Se enfrentó a los banqueros, grandes comerciantes venezolanos e inversionistas extranjeros, quienes se resistieron a aceptarlo como presidente.
En los ciclos de la historia, también se refleja como a través de los poderes fácticos, el Presidente Hugo Chávez, en el año 2002, sufrió un golpe de Estado y un sabotaje petrolero, tras aprobarse el inicio de la política de Soberanía Petrolera y la Ley de Tierras. Los intereses de la burguesía se perturbaron y de inmediato fue atacada la democracia y la institucionalidad.
Hoy la coyuntura, es similar. La ultraderecha venezolana y el hegemon norteamericano, trata por la vía del pillaje, el saqueo y de medidas coercitivas unilaterales de hacerse de las riquezas de la patria para satisfacer las ansias de poder y crear tutelajes sobre Venezuela.
La Red en Defensa de la Humanidad acoge la cifra de US$ 117.110 millones de pérdidas económicas causadas por este ataque criminal de EEUU., contra el pueblo venezolano, suficientes para la importación de alimentos y medicamentos por 26 años para toda la población, por citar parte de las agresiones que causan sufrimiento a los venezolanos.
Es un claro ejemplo de cómo las potencias extranjeras representadas en las burguesías, aplican un guion golpista y antidemocrático, ayer como hoy, para derrocar a los gobiernos legítimos que defienden la soberanía y la independencia legada por el Libertador Simón Bolívar.
Prensa Presidencial/Yndira López